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La celebración religiosa era precedida por la colocación del féretro con los restos mortales de la religiosa egabrense en el coro bajo de las Agustinas, comenzando a continuación la santa misa presidida por el delegado diocesano para la Vida Religiosa, Alberto José González Chaves, concelebrando en capellán de las Agustinas, Francisco Ramírez Chamizo y los tres párrocos de la localidad, así como el sacerdote egabrense Ángel Jesús Maiz Tejero. Todas las comunidades religiosas egabrenses, Escolapias, Hermanitas de los desamparados, Hijas de la Caridad y Franciscanas de la Natividad, así como la comunidad de las Agustinas Recoletas de Lucena, familiares de la difunta, cofradías y numerosas personas, han participado en la ceremonia que ha revestido la sencillez y emoción propias de un funeral en una comunidad religiosa.
En sus palabras el celebrante señalaba que había elegido las lecturas del día por ajustarse a lo que reflejaba la vida de la hermana María Dolores, de la que destacó su contribución espiritual y material al monasterio, así como la situación en la que, tras haber enviudado sin hijos y casi con 60 años, aceptó la vocación para ser monja de clausura. Se refirió también al seguimiento a Cristo como sentido de la vida para todos los cristianos y agradeció al pueblo de Cabra la vinculación y colaboración con las religiosas de las distintas comunidades, así como el afecto y cariño hacia las Agustinas Recoletas. También dijo que el obispo no habia podido estar aunque transmitía su recuerdo y oraciones.
La comunidad de Agustinas Recoletas, como es costumbre, procedió a la sepultura de la religiosa en el cementerio que tienen en el claustro del monasterio, donde descansan los restos de las religiosas fallecidas. Tras ser llevada por los sacerdotes de la localidad, se rezaron los responsos previos al entierro. Junto a las agustinas de Cabra y Lucena, así como a los sacerdotes que participaron en la misa, acompañaban también los restos de la hermana Mª Dolores solo los hombres, siguiendo una antigua tradición que no permite a las mujeres el acceso a la clausura. Familiares y amigas se acercaron después a la reja del coro de la comunidad junto al presibiterio para mostrar sus condolencias a las agustinas.
El monasterio de las Angustias fue fundado en 1697 y desde entonces mantiene la regla agustina de la recolección en Cabra, contando actualmente con cuatro profesas de origen africano y una novicia, siendo priora la única religiosa egabrense, Madre Inmaculada Calvillo, que rige los destinos de esta comunidad, tan necesitada de vocaciones.
Descanse en paz la hermana María Dolores.
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