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Medio siglo del estreno de la plegaria «Amorosa Madre».
Mateo Olaya Marín
Si hay una plegaria dedicada a la Virgen de la Sierra conocida y que con el tiempo ha calado entre la devoción serrana, esa es sin duda "Amorosa Madre", una música exquisita y profunda sobre un magistral poema de Juan Soca. ¿Pero cuándo fue compuesta? ¿Cuándo se estrenó?
Resulta, cuanto menos, curioso que este detalle haya pasado desapercibido; máxime si tenemos en cuenta que en estos días, este año, se cumplen cincuenta del estreno de tan magnífica y bella composición. Medio siglo de vida, nada más y nada menos, de una música que es parte indisoluble entre la Virgen y su pueblo, que constituye un elemento esencial en el repertorio de una entidad tan ligada a nuestra patrona como es el Centro Filarmónico Egabrense.
El Maestro Rodríguez puso música a algún que otro poema del gran poeta egabrense Juan Soca. Tal y como recoge La Opinión en el número publicado el 17 de octubre de 1972, en concreto en la crónica de la subida de la Virgen de aquel año, la pieza fue estrenada durante la función religiosa en honor de la patrona en la víspera de su subida, un 7 de octubre, y donde el Centro Filarmónico Egabrense intervino, como lo sigue haciendo en la actualidad y es tradicional, en el rosario de despedida que siempre le dedica. Según cuenta la crónica, "a las nueve partió el Centro Filarmónico corporativamente de su domicilio social, precedido por la orquesta que ejecutaba un alegre pasacalle. Con los artistas iban el alcalde de la ciudad, Don Manuel López Peña, y el hermano mayor, Don Manuel Mora (...) los coros y orquesta, bajo la dirección del maestro Rodríguez López, iniciaron la artística despedida con el Himno de las Romerías del Maestro Moral, de tan grato recuerdo en Cabra, al que le siguió una salve a la Virgen de la Sierra, de Juan Soca, a la que con acierto ha puesto música el maestro Rodríguez. La partitura, que está muy lograda, mereció encendidos elogios de la numerosa concurrencia. Después se cantó la salve gregoriana y finalmente las coplas de la novena".
Aunque en la crónica no se cita el nombre exacto de la salve que se interpretó, se trata sin ningún género de duda, de la plegaria "Amorosa Madre" que el maestro firmó en aquel año de 1972, siendo director artístico del Centro Filarmónico. La poesía de Juan Soca es mucho más anterior que la plegaria en forma de salve que José Rodríguez escribió. De hecho, ya en la portada de La Opinión del 7 de septiembre de 1949 fue publicado el poema bajo el título de "Salve", que al cabo de más de dos décadas inspiraría al maestro a concebir una de sus obras musicales más brillantes.
Juan Soca falleció el 8 de diciembre de 1971. Con motivo de las primeras fiestas en honor de la Virgen, en septiembre de 1972, e imbuidos por el recuerdo de la ausencia del ilustre escritor, aparecieron en prensa escrita alguno de sus poemas, entre ellos el que nos ocupa; asimismo, en la radio local era frecuente escuchar sus versos recitados. Inspirado en ese contexto de recuerdo y homenaje en aquel primer año sin la presencia del escritor, el maestro Rodríguez intervino en su particular tributo con una plegaria que el tiempo la ha situado en una de las melodías más importantes de nuestra ciudad, a través de las cuales podemos rezar una salve en la que las palabras se desgranan como un gran himno de alabanza a las grandezas de María.
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