|
Pregón de la Semana Santa de Cabra 2022
05.04.22 - Escrito por: MARIA DOLORES MÁRQUEZ ROLDÁN
EL AMOR DE DIOS
Confío en ti Señor,
me refugio en ti.
Nunca me has dejado.
Tú has guiado mi vida
y yo me he dejado llevar.
Has implantado en mi ser
el don de la Fe,
que se ha ido abriendo
en mi como las flores
al calor del sol en primavera.
Confío en ti Señor,
me refugio en ti.
Bajo tu amparo
me siento querida y segura.
Has mimado hasta el último detalle,
me has dado una vida plena y feliz.
Me has rodeado de amor, amistad y belleza.
En el dolor me has confortado
en la aflicción me has animado.
Confío en ti Señor,
me refugio en ti.
Contigo estoy tranquila
tu palabra me conforta y me guía.
Tú me resguardas del mal
como el paraguas de la lluvia.
Has puesto el mundo a mis pies,
me has dado las obras de tus manos.
Me haces responsable de mis hermanos,
me das para que comparta.
¡Soy grande ante tus ojos, Señor!
¡Qué grande eres tu ante los míos!
Todos somos de tu Hijo,
y en Jesús, tu Hijo, todos somos tuyos.
Confío en ti Señor,
me refugio en ti.
Me has concedido el privilegio
de pertenecer a tu pueblo
donde ha germinado una historia de amor,
nuestra historia de amor, Señor.
Confío en ti Señor,
Bajo tus alas he venido a refugiarme.
Si, hoy VENGO a hablaros de una historia de amor, una historia fraguada desde el principio de los tiempos, planeada hasta el más mínimo detalle, una historia de amor de Dios con la humanidad.
Un amor grande y generoso que Dios derramó sobre todo lo creado, amor que sale al encuentro del hombre y que su máxima expresión la hallamos en la entrega consciente, voluntaria y generosa de su Hijo Jesús, en la cruz.
Cruz cubierta de Sangre,
Sangre que al escapar de su cuerpo
no quita vida, sino que la da
y la derrama sobre todo aquel
que se acerca a Él.
Esa sangre derramada
que sella el pacto definitivo
entre Dios y los hombres;
por un lado la vida eterna,
por otro el sacrificio de uno
para la Salvación de tantos.
Sangre que lava y purifica,
que hace "borrón y cuenta nueva".
"Nadie tiene mayor amor
que el que da su vida por sus amigos"
El amor de Dios está ahí,
para que lo descubramos;
que no os quepa ninguna duda
Dios nos ama, nos ama sin condiciones,
nos ama tanto que quiere que se nos conozca
Como hijos suyos.
Y como hija, hoy me presento ante ustedes a contarles mi particular historia de amor: historia de amor entre Dios y yo.
Excelentísimo Señor alcalde y miembros de la corporación, Señor Presidente y Junta de Gobierno de la Agrupación General de Hermandades y Cofradías, Hijas de la Caridad, Hermanos Mayores, anteriores Presidentes de la Agrupación, anteriores pregoneros, medios de comunicación, querido presentador, familiares, cofrades, amigos....
¡Gracias a Dios! Nos volvemos a encontrar después de 1092 días de la aclamación del último Pregón. Han sido 2 años y 8 meses intensos esperando cumplir con mi palabra, quiero agradecer a la Agrupación por la confirmación y la confianza que habéis mantenido en mi durante todo este tiempo, agradecer a todo los que habéis apoyado esta decisión, en tiempos de incertidumbre ha sido gratificante sentir vuestra determinación y apoyo.
Gracias a ti David, por todo, has sido todo lo que se puede esperar de un amigo y más. Me has alentado sin agobiarme, me has mostrado tu cariño y apoyo. Las palabras que me has dedicado en la presentación demuestran el afecto que me tienes, debes saber, y creo que sabes que es recíproco, gracias hermano.
Pero permitidme que por un momento pensemos en aquellos que ya no están, que la Semana Santa del 2019 fue la última Semana Mayor que vivieron y disfrutaron, todos tenemos alguien para recordar, permitidme que aprovechando el privilegio que me otorga este atril haga mención de tres personas.
La primera de ellas al maestro Canela, hombre apasionado por la música, mentor y guía de muchos hombres y mujeres que acogió bajo su ala cuando eran "chivatillos", les dio un propósito y una afición y seguro a muchos de ellos transmitió su amor por el mundo cofrade, creador junto a otros de la Centuria Musical romana, miembro de Imperio Romano del Santo Sepulcro, creador de la sección de los "tambores enlutaos". Llevó el nombre de Cabra por toda la geografía andaluza con su banda de cornetas y tambores consolidando el interés de esta ciudad por las bandas de música y la música cofrade junto con las bandas de Ricardo y Alvarito, testigo que en estos tiempos ha recogido la Agrupación Musical Virgen de las Angustias, amén de la Asociación Instructivo Musical "Banda de Música de Cabra". Vaya por él este pequeñísimo homenaje.
La segunda ausencia a la que me quiero referir es a Lola Córdoba, hermana de la Vera Cruz, devota del Cristo de la Sangre desde pequeña, quedando constancia fotográfica de su participación en el cortejo procesional "del crucificado del Cerro" el último año de los sesenta y primeros de los setenta del Siglo XX, cuando la familia Córdoba promovieron su salida procesional y se le conocía como el "Cristo de los Gitanos". Su vinculación y la de otras jóvenes en aquel tiempo con la Virgen de los Remedios comenzó de su trabajo en el instituto Felipe Solís y del periodo que esta imagen fue custodiada en sus instalaciones permaneciendo muy vinculada, demostrando una inmensa devoción a la Virgen. Desde el lugar que el Padre le tenga en su Gloria le cantará D. M. este Jueves Santo su plegaria a la Virgen antes de iniciar su Estación de Penitencia.
Y como no podía ser de otra manera, no puedo ni debo dejar de tener un recuerdo por un hombre que está en la mente de muchos cofrades, por lo que fue y significó para la Semana Santa, por lo que trabajó y por el tiempo, el esfuerzo y el amor que derramó a raudales en su Cofradía a su Señor Amarrado a la Columna y su Madre la Virgen de la Caridad a la que en su primera exaltación dejó claro su veneración y amor. Todos sabéis que me refiero a Paco Pareja, él fue presidente de la Agrupación y Hermano Mayor de la Columna, miembro muy activo del Patronato "Pasión y Cofradías" (Memorial Amparo Luque García), colaborador en distintos medios de comunicación. Fue un hombre muy activo, promotor e impulsor de muchos momentos únicos vividos entorno a la Semana Santa y a la Virgen de la Sierra.
Dedicó toda su vida a servir a la iglesia de muy distintas formas, por todo eso hay que reconocer el valor de su trabajo.
El Señor ha querido tenerlo con él a una edad temprana, ha partido muy joven dejando un profundo vacío y una huella imborrable en su familia, en sus seres queridos más cercanos y en nuestra ciudad. Desde el balcón del cielo observará y cuidará de sus hermanos cofrades en la próxima Estación de Penitencia del Jueves Santo. Que dios lo acoja en su Gloria. D.E.P.
Mencionar a estas personas no es casualidad, ni para rellenar; primero es un acto de justicia y segundo porque ellos representan muy bien a los hermanos que integran nuestra cofradías. Todos tenemos en mente a distintos cofrades que como los que acabo de mencionar se han distinguido por su actitud, esfuerzo, entrega, devoción... ellos son los pilares fuertes en lo humano que sustentan nuestras hermandades, sus vidas también cuentan una historia de amor.
Como habéis oído, hasta ahora solo he mencionado a difuntos cercanos a nosotros, personas queridas con las que de una forma u otra hemos mantenido algún tipo de relación, que conocíamos y habíamos tratado. Ahora permitirme que traiga a nuestras mentes otros fallecidos, personas anónimas que vieron sus vidas truncadas en guerras sin sentido, muchos muertos, otros tantos viviendo en la incertidumbre y el miedo.
La guerra que ya parecía olvidada ha estallado en nuestras casas a través de nuestras pantallas de televisión el día 24 de febrero, cuando Rusia bombardeó Ucrania; por la cercanía nos resulta muy doloroso ver el sufrimiento del pueblo ucraniano, siendo más sensibles porque ciudadanos de ese país forman parte de nuestra comunidad.
Pensamos que en el siglo XXI estábamos a salvo de la sinrazón, de la maldad que albergan los corazones que llevan a algunos hombres a cometer tales atrocidades en nombre de no sé qué... nada justifica destruir a seres humanos, Hijos de un único Dios. No nos olvidemos que por desgracia en nuestro mundo existen muchas más guerras, que por lejanas a nuestro territorio o intereses parece que no nos preocupa o afecta.
Quiero recordar algunos conflictos que hoy siguen activos en: Afganistán, Yemen, Israel y Palestina, Etiopía, Myanmar, en África con el Estado Islámico, Mozambique, Congo, Siria, Libia.
Elevemos una oración al Padre para que ilumine la mente de las personas con poder para detener esta sin razón.
Virgen Bendita Ntra. Sra. de la Paz
eleva nuestras oraciones al Padre .
Danos fuerza Señor
para ser valientes y llevar tu Paz
allí donde nuestra influencia alcance.
"Bienaventurados los que buscan la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios".
Para mí como imaginareis hoy es uno de los días más importantes en mi vida, y no puedo dejar de pensar en personas que ya no están y que estoy segura que se alegrarían mucho de verme en esta situación. Sé que todos ellos están junto al Padre pues pocas personas he conocido más buenas y santas que ellos, mi Quisca, mis abuelos, mi tita Paqui, la chacha Rosario, ellos dejaron una huella indeleble en mi vida y se que hoy me acompañan, lo mismo que están aquí mis padres, mis hermanos, mi esposo, mis hijos, mis sobrinos, mis ahijados, mis amigos del alma, y tantos que me queréis y tenéis en gran estima. Gracias a todos, no sería la misma sin vosotros.
Mi historia comenzó un día de verano, en una familia humilde, no muy religiosa pero temerosa de Dios, fieles devotos de María Santísima de la Sierra como todos los hijos de esta tierra. Desde muy pequeña lo iba descubriendo en las sencillas oraciones que mi madre me enseñaba y después con la ayuda de mis catequistas.
Ayudaba bastante las imágenes, siempre que "subía a Gargallo" a ver a mis abuelos me escabullía para colarme en la pequeña capilla que había cerca de su casa, que hacía las funciones de templo, mientras se construía el que hoy existe, allí me encontraba con la imagen de un Cristo, sentado, maniatado, con expresión dolorida y ojos tristes, recuerdo pasarme ratos contemplándolo hasta que mi madre me llamaba a voz en grito para saber por dónde andaba.
Yo entonces no lo sabía pero el Señor ya me estaba preparando para sentirme acompañada por Él toda mi vida.
Son muchos los días, Señor de la Sentencia
de oración silenciosa,
poniendo mi vida en tus manos,
confiándote la de los míos,
rogando por la salud
o por la fuerza cuando esta falla,
momentos de oración, solos Tú y yo.
En momentos de derrota solo tengo que
concentrarme en tu mirada,
esa mirada que calma y consuela,
que me arrulla como una manta suave
que me envuelve y me hace sentir segura y a salvo.
En los momentos de angustia
solo puedo hacer como Tú,
buscar los ojos de Tu Madre;
Madre que solo transmite Paz y consuelo
que espera con los brazos abiertos,
dispuesta a subirme en su regazo
diciendo que nada va a salir mal,
que solo tengo que confiar
que solo tengo que creer,
me envuelve con su olor a azahar
y cada primavera me calma
consuela y me trae Paz.
En los momentos felices
también te miro mi Señor,
y comprendo que...
ni todas las espinas,
ni todas las burlas,
ni todas las bofetadas
podrán arrebatarnos el amor,
ni la alegría del encuentro,
ni la felicidad,
porque ninguna Sentencia me afecta,
no hay Sentencia que me pueda condenar
porque tu amor me redime,
Tu palabra me consuela
pero no solo a mí,
su palabra, su entrega y consuelo es para vosotros también
no debemos renunciar a escucharla,
por eso debemos proclamarla
entre los nuestros,
en nuestras familias,
pasarla de padres a hijos.
Por todo eso debemos hacer nuestro este lema,
palabras que un Santo dijo
y completadas por un hombre de Dios;
hermanos: "HABLAD A VUESTROS HIJOS DE DIOS Y HABLAD A DIOS DE VUESTROS HIJOS".
Decía que en el proceso de descubrir a Dios en mi vida ayudaban bastante las imágenes ¡y en mi memoria se evocan tantos recuerdos!
Recuerdos de mañanas de Domingo de Ramos acompañando a la pollinita con mi rama de olivo que había recogido, después de asistir a misa, del gran montón de ramón que dejaban en el llanete de Santo Domingo.
Ayer como hoy, pollinita rodeada de chiquillería con la alegría de recibir y acoger al "Rey de Reyes" en nuestro corazón.
"¡Hosanna al hijo de David!
Bendito el que viene en nombre del Señor"
Domingo de gozo y alegría
de ilusión, inocencia y sencillez.
Domingo de acogida.
"¡Hosanna en las alturas!"
Recuerdos de ir a misa con mi madre el mes de mayo a la iglesia de San Juan Bautista del Cerro por la mañana muy temprano y encontrarme con la mirada amorosa de su madre que con solo mirarla te remedia todos los males.
Remedios, mi señora, Madre hermosa
ante tus plantas volví, cual hija pródiga
a poner mi corazón en tus manos
tuyo es, mi señora.
Madre bendita y amorosa
"de las divinas bondades
eres fiel dispensadora
danos remedio Señora
en nuestras necesidades"
Recuerdos de la procesión del Miércoles Santo, donde mi madre me advertía que ya venían "el Rábano y la lechuga" refiriéndose a los colores de las túnicas de capuchón de las cofradías de la Vera cruz y el cristo de las Necesidades, que en mí, tenía este último el efecto del "flautista de Hamelin", pues era pasar por mi lado y seguirlo sin mirar nada más.
Recuerdos y más recuerdos.....
Recuerdo quedarme fascinada ante una Virgen bajo palio, con un manto de estrellas, y así la llamaba "la virgen de las estrellitas" hasta que descubrí que me llamaba como ella y desde ese momento comenzó a gustarme más mi nombre.
Recuerdo estar dormida y sentir los bombos del Cristo del Perdón subir el Arrecife para la placeta de San Agustín, despertarme y levantar a mi madre y conseguir que me asomara a la esquina, despeinada, en pijama y casi sin poder abrir los ojos para ver al Nazareno de la túnica blanca, haciendo caer en la cuenta de los dispuesto que está a otorgarnos su perdón porque su amor es infinito.
Recuerdos de añafiles anunciando el paso del Preso por las calles , llevado como cordero al matadero, portado por judíos que me decían que eran malos, pero yo no lo entendía, a algunos los conocía ¿como podían siendo de Cabra ser malos?.
Recuerdo sobrecogerme con los sayones viendo al señor golpeado amarrado a la columna, y me llamaban mucho la atención las túnicas blancas con una banda roja cruzada.
Recuerdos y mas recuerdos...
Recuerdo al Nazareno rodeado por los apóstoles, rostrillos que se perdieron por un tiempo y felizmente recuperados.
Recuerdos de la centuria romana cuyas escuadras hacían complejas figuras mientras desfilaban la calle San Martín arriba.
Recuerdo el entierro de Cristo y como pedían con palanganas "una limosnita para el entierro de Cristo" ahí iban destinadas las pesetas de los bautizos.
Recuerdos y más recuerdos...
Recuerdo el olor a incienso que me quedaba en la ropa de salir.
Recuerdo el olor a canela mezclada con el azúcar de los pestiños, que hacíamos en lo de mi abuela Lola, como antiguamente de pellizquito y con mucho esmero, para que no le "quedara niño".
Recuerdo ayudar a mi madre con la masa de las magdalenas y llevarlas a cocerlas al horno de Blancas.
Recuerdo la primera vez que me vestí de mantilla, en la cofradía de las Angustias, ese año llovió y cantamos junto a las monjas el Stabat Mater y rezamos el santo rosario.
Recuerdos y más recuerdos...
Recuerdo ya viviendo en la barriada: como muy pocos niños "bajaban a Cabra" la parroquia con los catequistas organizamos nuestra procesión viviente, con un niño y un pollino Dios entró triunfal en un nuevo Jerusalén, de cal blanca.
Recuerdo el primer viacrucis con el Cristo de la Salud, por la barriada, ¡cuánta ilusión y que jóvenes éramos!.
Recuerdo estar en la salida del Calvario y como me enamoré de su Inmaculada Concepción.
Recuerdos y más recuerdos...
Recuerdo después de suspender la estación de penitencia del Martes Santo por lluvia, Brígida pensó que estaba sola y con la iglesia en penumbra, de su corazón se derramó una saeta hecha oración.
Recuerdo un grupo de jóvenes llenos de ilusión dispuestos echar una mano y levantar al cofrade caído.
Recuerdos de cuartelillos, casetas, fiestas, verbenas, paellas de hermandad...
Recuerdos del revuelo el Martes Santo vistiéndonos casi sin haber comido, mama átame la zapatilla, la medalla ¿la has cogido?, los guantes que no se olviden y salir los cuatro vestidos: mi marido, mis hijos y yo, calle Redondo Marqués arriba a nuestro barrio, nuestra estación, dalmática, monaguillo, costalero y capuchón.
Recuerdos que como yo, también tendrás tu.
Son estos recuerdos y muchos más los que hacen que se me ensanche el alma y que agradezca a Dios la vida que me ha dado y en el camino que me ha puesto.
EL DESCUBRIMIENTO
Y así poquito a poco mi Dios me iba conquistando, iba entretejiendo sus redes para que al final cayera en ellas, la curiosidad por saber y conocer más sobre ese hombre maltratado y esa mujer dolorosa hizo que me acercase a la fuente: su Palabra.
Y fue un día de verano, celebrando, escuchando y meditando su Palabra, en la capilla de Termens y a los pies de la imagen de mi Señor de la Expiración donde descubrí que me había enamorado de Él. Comprendía que Él siempre había salido a mi encuentro, mucho antes de que yo lo buscara.
Me sentí feliz y dichosa,
descubrí que Tú me hablabas
que estabas conmigo
que estabas en mí.
Supe que no estaba sola,
no tuve miedo
ni incertidumbre
solo la plena confianza
de encontrar mi lugar.
Supe a quién pertenecía
descubrí que me querías,
a mí, sin más.
En cualquier momento del día
Te hablo, me hablas.
Te descubro en lo que me rodea.
Me pongo en tus manos.
Es tan simple como respirar.
Al comenzar un proyecto, te lo confío
me sorprendo hablándote
sabes todo de mí,
de mi casa, de mis inquietudes,
de mis miserias.
Y así me aceptas,
no, no es que me aceptas,
es que me amas, cuidas de mi
no te importan mis defectos
me quieres,
diste tu vida por mi
y tu espíritu me acompaña
todos los días.
Tengo a tu Madre
a mi Madre, a quien recurrir.
Has puesto en mi camino
un gran compañero de vida
dos hijos magníficos
y dos grandes familias:
la que me unen lazos de sangre
y la Iglesia donde puedo vivir y desarrollar mi fe.
¡Como no amarte!.
Tu das sentido a mi vida.
Nada sería sin ti,
caminaría sin Esperanza ni Paz,
sería la viva imagen del Desconsuelo
en mis días no brillaría la Aurora.
Derramas tu gracia y Misericordia sobre mi
como el Rocío al amanecer de un nuevo día.
Muestras tu Piedad siempre que perdonas
Sin Ti ninguno de mis proyectos tendría un Buen Fin.
Tu pones Remedio a mis Angustias y Dolores
Porque no habría Mayor Dolor
Que mi vida sin tu presencia, Señor.
Desde ese instante supe que debía de corresponder a ese amor, como Vicenciana que me siento, pronto hicieron eco en mi las palabras de San Vicente: "No es suficiente que yo te amé, si mi prójimo no te ama". Y ese ha sido el objetivo y motor de mi vida, conseguir que todo el que estuviera a mi alrededor descubriera el Amor de Dios y como le era revelado.
Durante muchos años, mientras mi fe crecía, no sin dificultades, pedía que me mostrara el camino y me indicara como conseguir mi objetivo y una vez más el Señor fue especialmente generoso conmigo. Sin darme apenas cuenta me vi inmersa en esto mundo de las "cofradías", del que no sabía nada pero era tan osada como para emitir juicios de valor sin saber.
Empecé como la mayoría comenzamos, echando una mano, ayudando a mover cosas de un lado para otro, limpiando cera, ayudando con el reparto de túnicas... participando en las celebraciones y terminando por prepararlas. Cuando me quise dar cuenta tenía un cargo y era miembro de una Junta de Gobierno.
Sin saber cómo, me vi inmersa en un mundo de tradiciones tan antiguas como profundas, heredadas y transmitidas con el paso de los siglos, historia de una fe profunda vivida con respeto, pero que para muchos solo se queda en el aspecto externo, bien es cierto que probablemente por el valor incalculable de nuestras Imágenes y la fama que adquirieron las manos que las crearon parezca que eso es lo más importante, y quizás porque nos sentimos tan orgullosos de todo ese patrimonio que parece que lo único que nos interesa es ponerlo en valor y aunque eso es cierto y nos debemos sentir satisfechos lo más importante puede no apreciarse tanto.
Y es que a menudo corremos el riesgo de pensar que esta celebración solo es nuestra identidad cultural y desde luego tiene un gran peso pero no debemos olvidar que Dios es el centro de todo. No podemos vivir ni celebrar la Semana Santa si prescindimos de Dios y en esto de vez en cuando caemos todos.
Sin duda todo lo que los cofrades hacemos y promovemos son cosas de Dios, pero como mi sacerdote comentó muy acertadamente en una de sus homilías: hay momentos que "estamos tan ocupados en las cosas de Dios, que olvidamos poner a Dios en nuestras cosas".
Nunca huyamos del encuentro
Íntimo y cercano con Jesús
en el oasis que son todos los sacramentos.
Corramos a su encuentro,
en la Eucaristía
en la reconciliación
necesitamos de Su Palabra
necesitamos de su Perdón.
Perdón ¡oh Dios mío!
Perdón e indulgencia
Perdón y clemencia
Perdón y piedad...
Confiamos que poniendo
nuestras penas en una oración
y Su Dulce nombre en nuestros labios
su amor nos alcanzará.
Confiamos que poniendo nuestra carga
sobre sus hombros
quedaremos aliviados.
Que con una toalla y un lebrillo
nos lavarás y purificarás.
Que su Humildad y Paciencia
sean dones que recibamos de su Gracia.
Señor perdona
los pecadores,
que viven lejos de tu amor,
se hacen indignos de tus favores,
más tu perdónales Señor.
Solo Él conoce el peso
de nuestros sufrimientos
solo él sabe lo que es pasar
por la vida cual Nazarenos
cargados con nuestras cruces.
Porque solo quien ha experimentado la Cruz
sabe del dolor y el padecimiento,
desde el dolor, desde la cruz
solo así podemos decir con humildad:
"Ten piedad Dios mío,
dame tu perdón
soy un peregrino
soy un pecador,
vengo arrepentido,
ten piedad Señor,
vuelve a mi Tus ojos, con amor.
LOS PASTORES DE LA IGLESIA Y LA MUJER EN LAS COFRADÍAS
Hablando de Sacramentos, me quiero dirigir a quienes los administran, nuestros pastores, nuestros guías que tienen como encomienda, velar y cuidar de todos nosotros, quiero resaltar vuestra labor y poner en valor la colaboración mutua que tiene que haber entre vosotros y los laicos, de forma especial entre vosotros y los miembros de las cofradías, ¡juntos podemos conseguir tanto!; trabajando hombro con hombro sin desfallecer a pesar de los desencuentros que puedan surgir, a pesar de las decepciones que pueden ocurrir en las dos direcciones, además la iglesia nos necesita trabajando por el bien del pueblos de Dios.
Os necesitamos cercanos, sensibles a nuestras circunstancias, amables, sinceros, dispuestos a acompañarnos a cada paso del camino. Desde luego aceptando cuantas correcciones nos tengáis que hacer porque como dice mi madre: "un deshollino no le viene mal ni a un santo", pero tampoco es preciso que os paséis deshollinando. Queridos pastores os necesitamos cogidos de nuestra mano en las dificultades, ayudándonos a respetar nuestras tradiciones, porque todos pasamos pero aquí hay un legado que mantener y cuidar y si algo he aprendido es que las tradiciones tiene un porqué y que somos un pueblo mucho más rico cuando se respetan.
Queridos consiliarios os necesitamos guiándonos con la Verdad aunque nos duela escucharla, pero dispuestos a escucharnos cuando con respeto y verdad acudamos a vosotros.
Los laicos tenemos mucho que decir en nuestra iglesia, nos ha costado mucho darnos cuenta de eso y tener el valor para llevarlo a cabo. Hay decisiones y elecciones que solo a nosotros nos competen y eso no quiere decir que estén contrapuestas con las vuestras ni contra vosotros. El movimiento cofrade es uno de los más fuertes en nuestra comunidad y como tal se nos tiene que tener en cuenta, tanto en cuanto muchas de nuestras actividades no están guiadas por el capricho sino por la tradición.
La iglesia, el Pueblo de Dios necesita de todos nosotros, todos dispuestos a celebrar el Amor que Dios nos tiene, porque no debemos de olvidarnos: DIOS NOS AMA A TODOS Y TODOS SOMOS IMPORTANTES PARA DIOS.
Y si de importancia hablamos me quiero dirigir a vosotras, las mujeres cofrades, omnipresentes en nuestras cofradías y nuestra Semana Santa de eso no hay duda, haciendo una labor importantísima, pero de manera casi anónima. El mundo y la iglesia necesitan a todo el género humano trabajando en igualdad más que nunca. Somos, los hombres y las mujeres el complemento perfecto, pero nunca se llegará ni rozará siquiera la perfección si una parte de ese binomio permanece oculta, callada y muchas veces ignorada. Se ha conseguido mucho en cuestión de igualdad, pero ¡queda tanto por hacer! En el mundo, en la iglesia y de manera particular, más cercana y en lo que nos compete en las cofradías.
Nosotras, mujeres, tenemos que dar un paso adelante, está bien que pertenezcamos a las Juntas de Gobierno, pero es preciso, yo diría que necesario que os vayáis postulando para ser Hermanas Mayores; en la actualidad solo tres ostentan ese cargo, necesitamos de vuestra inteligencia, de vuestra intuición, necesitamos que la cara visible de nuestras cofradías sean la de una mujer, que en el Cabildo de la A.G.H.C. nuestra voz y propuestas sean escuchadas, no digo que no lo sean pero como he referido anteriormente solo son tres hermanas mayores.
No podemos quejarnos de que no se nos tiene en cuenta si nosotras no hacemos nada para cambiarlo, nuestra voz ha de ser atendida y escuchada, pero no de forma reivindicativa, ni escandalosa sino con responsabilidad, con compromiso y trabajando.
Y vosotros hombres Cofrades tenéis una labor muy grande por delante, sentiros orgullosos de tener una madre, una hija, una hermana, una esposa o una amiga capaces e inteligentes, valientes y decididas, alentarlas con sinceridad, acompañadlas, celebrad sus éxitos. Nada estará ni será completo hasta que no convivamos en verdadera igualdad.
También me quiero dirigir a una fundación privada "Pasión y Cofradías" (Memorial Amparo Luque García), que tiene como objetivo alentar a nuestras cofradías, desde aquí quiero agradecer públicamente vuestra aportación, no solo económica sino moral, nos sentimos muy agradecidos y orgullosos por vuestra contribución al mundo cofrade.
Y a la corporación Municipal: Querido alcalde gracias por vuestro apoyo, apoyo que en honor a la verdad la Semana Santa ha venido recibiendo no sólo de esta corporación sino de todas las que os han precedido. Los cofrades contamos con vuestro compromiso para seguir creciendo, así como el municipio crece con la aportación del mundo cofrade, y para muestra un botón, no hay nada más que echar un vistazo y ver cuantos actos hay programados no solo antes y después de cuaresma, sino una vez concluida la Semana Santa.
Necesitamos vuestro apoyo, pero más que eso la A.G.H.C. lo necesita. Se está trabajando muy bien en ese sentido, pero como todo en la vida se puede hacer más. Las cofradías, los sacerdotes y el consistorio son los que daréis el sitio y el valor que esta institución se merece, claro está con el trabajo y el esfuerzo de la Junta de la misma.
Se de lo que hablo, presidí esta institución durante cuatro años y formé parte de la misma durante diez. Este organismo se creó para representar a las cofradías agrupadas y ser mediadora entre las propias hermandades y los demás entes públicos y responsables religiosos.
Todos sabemos de la fuerza que ejerce un colectivo cuando está asociado, por eso os ruego a los representantes de las cofradías presentes y futuros que deben apoyarse, recurrir y colaborar con la Junta de Gobierno de la agrupación, están ahí para vuestro servicio y están desando poder colaborar con vosotros, no se lo pongáis difícil. Y a vosotros representantes de nuestra ciudad no hagáis ni decidáis nada que concierna ni a una sola de nuestras cofradías sin derivarla a la misma agrupación, pues solo así se podrá garantizar la igualdad entre todas las hermandades y por ende entre todos los cofrades.
Las cofradías dan vida al comercio, a la hostelería y a la vida cultural de la ciudad. Las corporaciones cofradieras de penitencia llevan influyendo en el devenir de nuestra ciudad desde aproximadamente 500 años, que son los que conmemora la Vera Cruz, a ese aniversario se unen la hermandad del Huerto en el 50 aniversario de su refundación, Sentencia y Paz en su también 50 aniversario así como la Misericordia y la Expiración que lo celebraron en el 2020 y 2021 respectivamente. Este año también conmemoramos el 75 aniversario de la creación de la imagen del Rocío de Pasión, 75 aniversario de Ntra. Sra. de la Esperanza y 325 años de la llegada de las RR. MM. Agustinas con la imagen de Ntra. Sra. de las Angustias.
Misericordia, bondad derramada
Caridad compartida con Juan
testigo amado.
Misericordia, madre abrumada
que en Rocío se tornan
tus lágrimas perladas.
Rocío, mujer hermosa
cual rosa dorada
distinción te vuelves
de aquellos a quien amas.
Madre que acompaña al que Expira
y devuelve Salud
donde derrama su Gracia.
Gracia obtenida por su humildad.
Angustias Gracia personificada,
en tu regazo descanso
en tu mirada me pierdo.
Tus hermosos ojos me miran
y en vez de angustiada
hacen que me sienta tranquila.
Esperanza anhelada,
deseo, confianza,
para deleitarse en la vida.
EL SILENCIO DE DIOS
Somos supervivientes de una de las experiencias más devastadoras de la historia de la humanidad. Nos hemos enfrentado a un enemigo invisible y silencioso. Para defendernos tuvimos que aislarnos, dejar de relacionarnos como estábamos acostumbrados. Todo de pronto se convirtió en desconfianza y miedo, hemos aprendido a calcular la distancia a la que debemos situarnos con respecto a otra persona de forma automática, es desconcertante. Tuvimos que aparcar proyectos y esperanzas. Todo esto produjo en mi desasosiego, buscaba alivio, esperanza, certeza y no la encontraba, busqué y pregunté y solo recibí silencio, el silencio más aterrador, el silencio de Dios.
Y mi vida, mi fe se hundió en una oscuridad opresora. Por un tiempo perdí mi alegría, mi determinación, mis días eran noches eternas donde las responsabilidades se convirtieron en cadenas que dominaban mi voluntad y sus chirriantes sonidos llenaban mis oídos, todo era noche, cadenas, cansancio y silencio....
Me sorprendí recriminándote Señor Tu Silencio, me encontré como Marta quejándome de todo lo que había hecho, de lo que hacía y de lo sola que me encontraba. Me hallé hablando contigo y caí en la cuenta del tiempo que llevaba sin hacerlo, y supe que no era Tu silencio, sino el mío, dejé de hablarte y dejé de escucharte, dejé de apoyarme en Ti, mi Señor. Volví a recordar que sin Ti no soy nada, sin Ti no se sobreponerme a la adversidad, que mi confianza no era tan grande como yo presumía, que soy débil y que sobre todo Te necesito.
Todos nosotros en estos tiempos hemos vivido algún tipo de experiencia de debilidad, de sentirnos vulnerables, de agobio y cansancio.
Los cofrades hemos visto nuestra vida y dinámica alterados, han sido dos años difíciles; para empezar, la cuaresma del año 2020 se pudo dividir en dos tipos de Cofradías: las que pudieron celebrar sus cultos y actos y por otro las que no, todo se detuvo de pronto y hubo muchos hermanos cofrades que no pudimos reunirnos para rezar en torno a nuestros titulares y terminar de prepararnos para la Pasión, Muerte y Resurrección entorno a su Palabra y reconfortarnos con la Eucaristía. No voy a ahondar en lo difícil que fue esa Semana Santa, aliviada un poco por el uso de las redes sociales por los sacerdotes de nuestra ciudad y los medios de comunicación para acceder a la celebración en la distancia de los cultos restantes y los oficios.
Todos tenemos nuestra propia experiencia de esos días, lo vivimos con resignación y fe, no quedaba otra, los contagios crecían, estábamos cuidando y rezando porque fueran los menos posibles sobre todo que las consecuencias causaran el menor número de fallecidos.
Al año siguiente: el 2021, seguimos sin poder procesionar, aunque con limitaciones de aforo las iglesias estaban abiertas, se celebraron los cultos correspondientes y durante la Semana Santa las imágenes Sagradas de nuestras cofradías estuvieron expuestas en veneración y se celebraron actos de oración con las debidas precauciones. Se pudo asistir a los oficios, mucho de nosotros optamos por seguir viviéndolos on line.
Han sido años muy duros mucha gente perdió su empleo, otros dejaron de recibir la asistencia que necesitaban, demasiados tuvieron que pasar por trances muy duros como enterrar solos a sus familiares, otros ni siquiera pudieron verlos ni despedirse en los últimos momentos en este mundo de su familia.
No quiero profundizar más en el dolor, a pesar de tanto drama ocurrieron momentos positivos, cuando no podíamos vernos sino por video llamada valoramos la cercanía y yo personalmente comprobé que una amistad cimentada en una fe compartida es una amistad más fuerte, atrás quedaron tardes llenas de rosarios que calmaban el alma. Hubo muchas personas solidarias, dispuestas a aliviar a sus hermanos y entre ellas las Cofradías, ayudando de muchas maneras, de forma callada, procurando que la mano derecha no sepa lo que hace la izquierda, atendiendo al necesitado, ayudando al que ayudaba, aportando su esfuerzo, poniendo su mano, su tiempo y el dinero para sufragarlo.... Sin hacer ruido, porque como dijo San Vicente de Paúl: "El ruido no hace bien; el bien no hace ruido", nada nuevo porque la labor social, la atención al hermano en diferentes circunstancias siempre ha estado presente.
Una de las cosas que esta crisis ha puesto de manifiesto son las debilidades de un sistema que perjudica como siempre a los más débiles. Y es en ellos a los que la iglesia y las cofradías como parte de ella debemos encauzar nuestra obra social al amparo de la Doctrina Social de la misma. La Doctrina Social urge que se aborde en plenitud en la iglesia y las cofradías somos y debemos ser iglesia viva entre los hombres. Y como también decía san Vicente de Paúl: "No puede haber caridad si no va acompañada de justicia"
Nunca debemos dejar este camino pues no hay flor más hermosa que adornen a nuestra imágenes que la ayuda dispensada desinteresadamente a nuestros hermanos más necesitados, ni luz que alumbre más que dar esperanza y abrir puertas a los que se sienten rechazados y marginados.
Dice el Papa Francisco entre otras muchas cosas en su encíclica "Fraterli Tutti: "Un ser humano está hecho de tal manera que no se realiza, no se desarrolla, ni puede encontrar su plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás".
Y si de algo rebosan nuestras hermandades es de grandes seres humanos.
Jamás olvidaremos, pero no podemos quedarnos en lo ya pasado. La vida sigue, una nueva primavera florece, todo se rejuvenece, todo es nuevo y a la vez añejo, todo se repite y a la vez comienza, todo es alegría e ilusión.
Pero hay quienes lo van a mirar con ojos nuevos.
En plena pandemia, en una de las muchas paradas y encuentros en la calle, donde a pesar de la distancia la pregunta genuina de el "como estás" y en la conversación Mª Sierra me comentó: ¡ ojalá y todo esto acabe pronto, pues mi Mateo todavía no ha conocido ninguna Sema Santa!
Y tiene razón, ¡cuantos niños no conocen ni han vivido lo que nosotros tenemos la suerte de haber experimentado!.
Nuevos tiempos comienzan, hay amaneceres nuevos, veremos caritas ilusionadas vestidos de hebreos, judíos, romanos, monaguillos, mesita, capuchón, o desde la acera señalarán la pollinita justo detrás de Agustín,
quedarán impresionados por el olivo tan grande y los apóstoles durmiendo,
le preguntarán a su padre: ¿papá quien es el que va de espaldas con el saquito en la mano?,
¡que flores tan bonitas lleva la virgen!,
¡mira, el Señor que bajó del Calvario!
¡yo quiero tocar un tambor como esos!
Mamá ¿es verdad que al Señor lo llevan mujeres?, si hija la mejor cuadrilla del mundo,
¡mira, mira la Virgen de mi cole!
¿Ese Señor porque abraza la cruz?
¡Cuantos niños rodeados de incienso!
¿No se caerán esos hombres de la escalera?
¿de que van vestidos mamá y porqué no lo lleva por dentro?, porque van al estilo de Cabra, pero no te distraigas, tu solo ¡mírale a la cara!.
¡Que cara de malos tienen los que le pegan al Señor!.
Mira la Virgen de verde esperanza
¿y esa virgen por que no llora?, porque con ella va su barrio del Cerro.
Habrá quienes harán todo lo posible por mantenerse en silencio, pero le preguntará a su padre bajito: ¿cuantos capuchones faltan para que pase el señor?.
¡Papá es muy temprano!, ten paciencia que cuando se recoja vamos a desayunar chocolate y gajorros, abuelo, el de la cruz de plata, ¿quien es?, niño mío es el Nazareno y le acompaña su madre que con dolor va sufriendo, y esta tarde retoño mio, saldrá la virgen guapa del Rocío, y al anochecer la Señora de las Angustias, ¿cual abuelo la que lleva a su niño " cogío"?, si cariño y lo dejará en su urna, cual cuna de plata, "dormío".
Lucas, ¿ves la virgen de las estrellitas?, ¡ Dolores preciosa!.
Y mamá esos romanos no tienen medias ¿pasarán frío?
Soledad guapa y hermosa, vecina de Santa Ana ¡que señorío!
Y por la noche Socorro se llama.
Recordad, muchos de ellos lo vivirán por primera vez, habituémonos a ver la vida con ojos nuevos, aprendamos de nuestros niños, miremos y vivamos con la misma ilusión de la primera vez , debemos ser fuertes y afrontar todo lo que de cansado y extenuante, maravilloso y placentero tiene el mundo cofrade, en nuestras manos está hoy más que nunca el trasmitir tanto amor.
No es tiempo de desfallecer, después de dos años cuesta trabajo arrancar, pero debemos hacerlo, por ellos, por los más pequeños.
Ellos tienen que descubrir al Señor por nuestro testimonio, hasta que la semilla florezca y vivan su encuentro personal con El.
Y germinaran nuevas y eternas historias de amor.
LOS DISCÍPULOS DE EMAUS
Y como veis esto solo se trata de una historia de amor. Para vivirla solo hay que enamorarse de Dios, aceptar su amor y entregarle el nuestro, al fin y al cabo eso es lo que hacen las personas enamoradas.
Un amor que transforma la vida esto es lo que deseo que todos podamos percibir y experimentar, así San Pablo en su carta a los Efesios lo proclama:
Por eso doblo mis rodillas delante del Padre, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra. Que él se digne fortificarlos por medio de su Espíritu, conforme a la riqueza de su gloria, para que crezca en ustedes el hombre interior. Que Cristo habite en sus corazones por la fe, y sean arraigados y edificados en el amor. Así podrán comprender, con todos los santos, cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, en una palabra, ustedes podrán conocer el amor de Cristo, que supera todo conocimiento, para ser colmados por la plenitud de Dios.
Efesios 3, 14-19
Que el espíritu nos mueva a enraizarnos en el amor, un amor que convierte el dolor, el sufrimiento, la pena y la agonía, en gozo, bienestar, alegría, perdón, dicha...que se convierte en vida.
Porque Cristo vive y camina con nosotros y ojalá digamos como estos discípulos: "QUÉDATE CON NOSOTROS PORQUE ATARDECE Y EL DÍA YA HA DECLINADO" no dudemos, invitemos al Señor a nuestra casa, a nuestra tienda dejemos que nos acompañe y lo descubramos como lo hicieron los discípulos de Emaus, en su palabra y al partir el pan. Lo reconocieron en el gran amor con el que solo Dios puede amar. Lo vieron Resucitado y se volvieron a compartir la noticia.
Nosotros sabemos que ESTÁS vivo, que has vencido a la muerte por eso no podemos vivirlo ni celebrarlo de otra manera.
Amamos a Dios,
seguimos a Jesús
confiamos en el Espíritu Santo
e imitamos a María.
¡Cristo está vivo!
Tu y yo vivimos en Cristo,
y debemos actuar en consecuencia.
Déjate enamorar por Dios
y cuidando de tu hermano
actuarás en consecuencia.
Hazte servidor, que el servicio
sea tu adjetivo y el Señor,
nuestro Dios actuará en consecuencia.
Cristo vive en ti y en mí.
Y somos consecuencia de ese Amor.
Hermanos cofrades,
¡Somos la alegría en el Pueblo de Dios!
Veremos la profundidad de su mensaje de amor
utilizamos la belleza y el arte
para ver a Dios en todo lo
que nos rodea.
Ante el sufrimiento de la Cruz
ponemos música, luz, color,
con las marcha, velas y flores
porque esto no va de sufrimiento
sin sentido, va de aceptación
y de transformación del dolor en amor y entrega.
Los hermanos y hermanas de luz,
los hermanos y hermanas costaleros
transforman el dolor momentáneo y pasajero
en alegría contagiosa.
Es esfuerzo colectivo,
es esfuerzo compartido
por eso al terminar todos lloran,
como grupo, como cofradía, como hermandad,
como Pueblo de Dios.
Con nuestro esfuerzo alumbramos
el camino del que entra triunfal,
a aquel que sufre la pena
de orar en Soledad.
Y se humilla a los pies de sus hermanos.
Iluminamos la sangre derramada,
la subida al Calvario,
la dura Sentencia que condena
a la burla continua y la vejación.
Aluzamos al que nos muestra
como agarranos a la cruz
con serenidad.
Al que expira por las calles de Cabra.
Al amor en su máxima expresión.
Seguimos al Señor de multitudes.
Observamos contritos al sufriente
Amarrado a su columna .
Mantenemos un riguroso silencio
y escuchamos como nos habla.
Esperamos siempre su paciencia infinita
para con nosotros;
acompañamos los pasos del Nazareno
queriendo ser cirineos para aliviarlo.
Pedimos Salud, mucha salud
y paz para nuestras almas.
Rezamos ante un sepulcro
ofrenda hecha de plata.
Rogamos perdón por nuestros fallos
Y aclamamos llenos de júbilo por la resurrección anunciada.
Todo para destacar la entrega y
no deleitarnos con el dolor proferido.
Nos apenamos con todas las lágrimas
derramadas, como consecuencia de un Si.
Si, a la Misericordia de Dios a los hombres.
Si, a la Inmaculada Concepción.
Si, a cada cuenta y cada misterio
sin terminar de comprender del Santo rosario.
Si, a la Paz tan escasa y demandada.
Si, a que todo conflicto, toda empresa tenga un Buen Fin.
Si, a a piedad con el sufriente,.
Si, a la caridad bien empleada.
Si, a la esperanza que nos sostiene.
Si, al remedio que nos dispensas eliminando el mayor dolor en nuestras almas.
Si, a la llegada del rocío que anuncia un nuevo amanecer,
donde no haya desconsuelo,
donde ni angustias, ni dolores,
ni soledad, enturbien la calma.
Y que una llamada de Socorro, nos pongan a todos en marcha.
Amamos con devoción, convirtiendo la pena en alegría, con orden con respeto, en cada chicota, en cada giro imposible y perfectamente ejecutado en cada cambio de paso al caminar, al son de la marcha que nos centre en lo que estamos viendo y viviendo; música que nos transporta a un universo paralelo.
Entre nubes de incienso contemplamos un jardín de flores multicolor con columnas de plata que sostiene un cielo de palios y arriates de caoba, plata y pan de oro, donde muestran la gloria de Aquel que nos dio todo y Aquella que nos guía hasta Él.
¡Cofrades somos la alegría del pueblo de Dios!
Porque hemos conocido todo lo que Dios nos ha manifestado y lo celebramos con una hermosa fiesta. Creemos en Jesús, en su amor en su entrega y celebramos, y nos reunimos en su nombre en el banquete que nos tiene preparado, donde en su memoria se hace presente Jesús vivo en nuestras vidas.
¡Cofrades somos la alegría del pueblo de Dios!
Pero no lo manifestamos solo 8 días al año, llevamos el amor como seña inequívoca de que seguimos sus pasos comprometidos con nuestra hermandad.
Iluminemos, acompañemos, acunemos, enjuaguemos las lágrimas de los que nos encontramos en nuestro camino. No excluyamos a nadie, superemos nuestras diferencias, seamos felices y hagamos felices a los que nos rodean.
Acojamos su palabra, su gracia con la misma sencillez que nos la da, con la inocencia de un niño pequeño al que cuando miras nada puedes negar. Vivamos nuestra fe en nuestras parroquias, seamos pilar fundamental, colaboremos con nuestros consiliarios, y las distintas congregaciones, ofrezcamos lo que mejor se nos da: nuestro trabajo, nuestro compromiso y nuestra felicidad. Y mi historia de amor continuará junto a tu historia de amor.
Vivamos nuestra Semana Santa, como solo sabemos hacerlo aquí, como una bendición.
Porque hermanos cofrades, no tengo ninguna duda:
¡¡¡SOMOS LA ALEGRÍA DEL PUEBLO DE DIOS!!!
|
|
|
|
|
|