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martes, 19 de marzo de 2024 - 09:30 h

Pregón a San Rodrigo, mártir

Asunción y Ángeles y Demonios (IV-V)

Nuevos documentos sobre la hermandad de la Virgen de los Remedios (II)

27.03.21 - Escrito por: Antonio Moreno Hurtado

Por otra parte, en el año 1741, ante el escribano Plácido García Montero, la cofradía de los Remedios otorga una carta de pago en favor de los herederos del presbítero don Francisco de Peñalosa Cadena.

Por este tiempo ya se habla poco de la cofradía de la Vera Cruz, por la pujanza de la hermandad de los Remedios. De hecho, la ermita del Cerro empieza a conocerse en las escrituras como "ermita-santuario de Señor San Juan Bautista y Nuestra Señora de los Remedios". En el año 1747, doña Isabel Orozco Carrillo de las Infantas dona a la Virgen de los Remedios, mediante su testamento, "dos pulseras de perlas y un dengue o mantilla de terciopelo rosado".

En el año 1757, ante el escribano Plácido García Montero, el hortelano Pedro García el Rubio, vecino de Cabra, otorga una escritura de reconocimiento en favor de la "cofradía de Nuestra Señora de los Remedios".

En el año 1765, ante el escribano Sebastián Campisano Mora, Juan Jiménez reconoce un censo en favor de la cofradía de "Nuestra Señora de los Remedios".
Muy importante es el legado que hacen a la Virgen de los Remedios y su cofradía las hermanas doña Luisa y doña Martina Gómez de Aguilar Colodro y Aranda, hijas de Juan Romualdo Gómez de Aguilar y doña María Colodro Aranda. El padre había sido apreciador de fincas.

El día 16 de abril de 1766 otorgan su testamento ante el escribano Plácido García Montero. Entre otros legados, mandan a la Virgen de los Remedios "un guarda bajos de lustrina, encarnada y blanca que usa doña Martina" Ordenan que se entregue al Hermano Mayor de la cofradía para que se incluya en el inventario de alhajas de la cofradía. La tela de lustrina era muy vistosa, comúnmente tejida de seda con oro o plata, empleada en ornamentos de iglesia o de lujo. Hace tiempo que ellas y su hermano Francisco, ahora difunto, tenían intención de fundar una capellanía en la "ermita de Señor San Juan Bautista y santuario de Nuestra Señora de los Remedios... en su mismo altar y capilla". No se pudo hacer en tiempo de su hermano, del que son herederas.
Dedican a esta perpetua capilla los siguientes bienes.

Nueve aranzadas de viña "con su cerca de plantones", en el pago y partido de Cabezagorda, linde con viña de la heredera de don Juan Lorenzo de Piña Mazorra, difunto, con majuelo de Bartolomé Moreno, con viña de la heredera de don Antonio Curado Villavicencio, con viña de Juan Linares Caballos, con otra de don Pascual José Murillo y con viña de Francisco de la Cruz Ceballos, libres de todo gravamen.

Tres fanegas de tierra de labor con algunas estacas de olivo, en el partido de la Fuente Jaime, que las divide el arroyo Guadalazán, incluida la dicha fuente y unos álamos negros y blancos. Lindan con olivar de don Pedro de Heredia Venegas, olivar del vínculo que goza don Luis de Vargas Carrillo y Murteo y con tierra calma de doña Luisa de Peralta Ballines, mujer de don Jerónimo Enríquez de Pinedo, con olivar de José de Uclés y con tierra calma y olivar de don José Pérez de la Higuera, presbítero, libres de todo gravamen y carga.

Seis aranzadas de olivar, el partido de Llano Madero, linde con olivar de don Pedro Coello Enríquez, con olivar de don José Infante de Porras, con olivar de los herederos de don Pedro de Córdoba Fernández el mayor y con olivar de doña María de Luque Sánchez, viuda de don Juan del Castillo Escavias, escribano público y del Cabildo. Libres de gravamen.

Unas casas sitas en la calle Priego, con su bodega de nueve vasos y con su patio y traspatio, que corresponde a la calle Almaraz. Linda por la parte de arriba con casas de José de Luque Guzmán, que hacen esquina a la calle Almaraz. Por abajo lindan con casas de Miguel Palomeque Trexo. Por los traspatios lindan con casas de Pedro Alguacil. Están gravadas con una Memoria de misas, de 37 reales de vellón anuales, que se pagan al convento de Santo Domingo.
También dotan la capellanía con un censo de 1.100 reales de vellón de principal (heredado de su hermano difunto) cuyos réditos paga Agustín Cañete, que carga sobre unas casas del citado, en la calle Don Diego Avís, linde con casas de los herederos de don Juan Luis de Priego y con casas de los herederos de don Pedro de Arjona Montemayor y Torres, que pasó a Indias. Por los traspatios, lindan con casas de la capellanía de don Diego Manuel del Castillo y Nava. Agustín había comprado las casas, con dicho censo, a las hermanas doña Gabriela y doña Teodora de Luque Fajardo, doncellas. Escritura ante el presente escribano, el 18 de enero de 1742. Ese día se pagan los 33 reales de los réditos del censo. Su hermano había comprado a ellas dicho censo el día 4 de junio de 1758.

Nombran primer poseedor de la capellanía a su pariente don Mateo Atencia de la Torre, soltero. A su muerte le sucedería su hermano don Antonio Atencia de la Torre, clérigo presbítero. Hijos ambos de don Luis de Atencia y Aguilar, difunto y de doña Ana de la Torre Bocanegra, vecinos de Cabra. Luego le sucedería el muy reverendo padre y predicador fray Manuel de Acuña y Moral, religioso calzado de la Orden de las Mercedes, hijo de don Juan de Acuña Moral y de doña María Amo del Moral, su prima y mujer. Le sucedería su ahijado Gregorio de Priego Caballos, hijo de Jerónimo de Priego Linares y de doña Antonia Gómez Caballos, vecinos de Cabra. Se obligan a cumplir todas las condiciones del nombramiento. Al fallecer el cuarto de los nombrados, estos bienes pasarían a la cofradía de los Remedios, con las mismas obligaciones. Las misas rezadas serían todos los domingos y festivos del año, a las diez de la mañana.
A razón de tres reales de vellón cada una.

Los capellanes deben conservar las casas y tierras, haciendo las obras, reparos y labores necesarias para su conservación. Las otorgantes declaran que "nos hallamos de crecida edad". Sigue la copia de un codicilo, otorgado por doña Luisa, mayor de 25 años. Ha fallecido ya doña Martina y se redacta el día 9 de junio de 1769, ante Plácido García Montero. En él se confirma el testamento conjunto de 16 de abril de 1766 y añade que se ha de entregar al Hermano Mayor de los Remedios "un guarda bajos de lustraña, encarnada y blanca de su hermana y un guardapiés de damasco verde propio y una gargantilla de perlas". Para entregarlos cuando ella fallezca. Figuran otros legados de menor interés.

A Rosalía de Luque y Cuevas, dos armillas de damasco, una basquiña de tafetán doble nueva, dos abanicos de marfil y el Niño Jesús de talla con sus vestidos.
Medio cahiz de trigo del pegujar de la haza de la "Fuente Jaime" y seis arrobas de aceite y cuatro de vinagre. Por una sola vez, a don Juan de Acuña Moral cien reales de vellón. A Catalina de Cuevas, viuda de Juan de Dios Luque, dos fanegas de trigo de la haza de "Fuente Jaime". Ordena que se "encierren" dos carretadas en su casa, para los jumentos. Nombra un quinto capellán, don Joaquín de Priego Linares Gómez Caballos, hijo de Jerónimo de Priego Linares y de doña Antonia Gómez Caballos, vecinos de Cabra. Ordena que, a su muerte, todo debería "pasar a la cofradía de los Remedios". Testigos, Nicolás Román de Gárate el menor, José de Dios y Vera, Bartolomé de Blancas, José Rodríguez y Francisco de Ocaña Roldán, vecinos de Cabra. Firman Gárate y Plácido.

Más adelante, el 12 de agosto de 1769, pide un testimonio notarial don Joaquín de Luque Arcos y Ariza, Hermano Mayor de la cofradía. Pasan muchos años y el tema vuelve a surgir. El día 10 de julio de 1840, hay una petición de la cofradía al Provisor de la diócesis. Don Valentín Alguacil Cubero, presbítero, Hermano Mayor y mayordomo de la ermita de San Juan Bautista y Nuestra Señora de los Remedios, reitera una petición hecha en el mes de mayo anterior. Presenta un Memorial por fallecimiento de don Gregorio de Priego Caballos, ocurrido en el mes de marzo anterior. Era titular de la capellanía de las hermanas doña Luisa y doña Martina Gómez de Aguilar Colodro y Aranda, hijas de Juan Romualdo Gómez de Aguilar y doña María Colodro Aranda. Cita el testamento, el estipendio de las misas a celebrar y pide que se conceda definitivamente a la cofradía la capellanía de las dos hermanas por el sistema de herencia.

Digamos, como curiosidad, que el historiador don Narciso García Montero, en su testamento, de 8 de abril de 1776, ante el escribano Juan de Heredia Sandoval, pide enterrarse en la iglesia de San Juan Bautista, en la bóveda de la Santa Hermandad de la Vera Cruz, "de la que soy indigno hermano".

En el Archivo del Ayuntamiento de Cabra se conserva un "Libro de Misas de los hermanos y hermanas de la cofradía y hermandad de Nuestra Señora de los Remedios" que va de 1770 a 1857. Encuadernado, con 210 folios.

En el año 1773, el Papa Clemente XIV otorgó una Bula en favor de la cofradía de la Virgen de los Remedios. Con anterioridad, en el año 1696 el Papa Inocencio XII había concedido una Bula a la Virgen de los Remedios.

En 1777 la cofradía de los Remedios inició un pleito contra el presbítero don Mateo de Atencia sobre ciertos bienes de la misma.

La construcción de un nuevo trono o peana para la Virgen de los Remedios en el año 1794 es cosa ya conocida y estudiada.

En el año 1807, al nombrarse Hermano Mayor a don Cristóbal de Luque y Ariza, el documento nos dice que la cofradía se nombra "de la Santa Vera Cruz y María Santísima de los Remedios"

El día 16 de septiembre de 1834 se hace un inventario general de ornamente, objetos de cultos y bienes pertenecientes a la iglesia de San Juan Bautista, por cese del Hermano Mayor don Juan María Álvarez de Sotomayor y Notario. Se hace a petición del nuevo Hermano Mayor don Valentín Alguacil y Cubero, presbítero. Se cita el altar construido por don Cristóbal de Luque y Ariza, anterior Hermano Mayor.

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