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Este sábado 28 de marzo, víspera del conocido como domingo del pregón, era la fecha señalada para que la cofradía escolapia del Buen Fin entronizara entre las imágenes sagradas egabrenses a la de su titular, Nuestro Padre Jesús Caído.
Todo estaba previsto para que el nuevo sueño de Los Estudiantes se viera plasmado en una celebración religiosa en la que se iba a bendecir la imagen que representa a Jesús en su segunda caída, camino del Calvario. Iba a ser este 28 de marzo pero las circunstancias no lo han hecho posible, impidiendo también que la imagen llegara a Cabra desde Sevilla en los albores de esta primavera cuaresmal tan distinta y en la que estamos aprendiendo a reconocer que no siempre las cosas salen como planeamos.
En el nombre de la cofradía, desde sus inicios, ya figuraba Jesús Caído como titular, una advocación que ha estado ligada a la historia cofrade egabrense del Miércoles Santo. Porque fue en el seno de la archicofradía de la Aurora cuando un 26 de marzo de 1742 se firmó la obligación con sus filiales de la Cena, el Huerto y el Lavatorio para organizar las procesiones de este día, nuevo entonces para la Semana Santa de Cabra. Y al menos desde 1743/1744 tendríamos la imagen y hermandad del Caído en Cabra. Marzo de 2020 era, por tanto, un mes que iba a volver a grabar en la historia cofrade de Cabra la recuperación de Jesús Caído para un futuro Miércoles Santo. Pero la Historia tendrá que esperar aún.
Seguro que hermanos y hermanas del Buen Fin con el propio autor de la imagen, Fernando Murciano Abad, están ansiosos - y nosotros con ellos- de una nueva fecha para que se haga realidad el ansiado sueño. Y estaban descontando los días de un tiempo que se antoja ahora algo más largo y cadencioso, casi como los pasos que queremos dar los capuchones o los costaleros en nuestras estaciones de penitencia.
Y por eso habrá que seguir haciéndolo marcando las horas en una nueva espera que se llena de emoción por vivir una bendición que será cuando pueda ser. La experiencia de esta Cuaresma nos permitirá esperar desde una vivencia interior que nos está ayudando a comprender mejor, quizá, el sentido auténtico de lo que son las cofradías. Y por eso esta espera no es más que una víspera gozosa de un tiempo que, tras la Pascua, volverá a marcarse con letras doradas en un calendario que imaginarán los capuchones negros de túnica roja, las niñas y niños que abren el cortejo que sale de las Escolapias y los costaleros que llevarán sobre sus hombros una carga tan preciada. Y contemplaremos después, "la luz que guía a todos los hombres a la salvación" escuchando desde el antiguo compás, el himno de párvulas voces que acompañan a la cofradía en su recogida.
La imagen es ya "un referente para Cabra, para la provincia y para Andalucía" como señalaba Murciano el día que se presentaron los actos. Aún no la contemplamos y solo la hemos imaginado viendo su pie "mientras avanza por la estrecha vía del Calvario y cae por segunda vez". Y tendremos que esperar para verla en nuestra ciudad y para que se cumpla el rito de bendición. Y dejará de ser una escultura para ser imagen devocional que con su sacra unción haga que los cofrades escolapios del Buen Fin y con ellos los cofrades de Cabra, podamos volver a venerar esta escena de la Pasión. Y desde su esencia escolapia, cuando pueda ser, la veamos no solo en la vieja iglesia de los Capuchinos sino también en la Semana Santa de Cabra y en nuestras procesiones. "Y desde nuestras debilidades, comprenderemos que Él nos da el ánimo de levantarnos de nuevo, porque su amor es más grande que nuestras carencias y siempre nos acoge y comprende".
Más de 275 años después todo está listo para que Jesús Caído vuelva a formar parte de la historia cofrade de nuestra ciudad. Por eso, ánimo a toda la hermandad del Buen Fin. Ya queda menos, la espera nos fortalecerá y pronto (D.m.) estaremos viviendo ese acontecimiento en un día que, por esperado, no llegará tarde.
Y entonces volveréis a sentir, y a transmitirnos, que "otro año le ganamos al dintel".