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Pasó la Semana Santa, ¿y ahora qué?
28.03.16 - Escrito por: Antonio Ramón Jiménez Montes
 Han pasado ocho de los más intensos días que vive nuestra ciudad y las personas que disfrutan de las procesiones y el buen ambiente que se vive en Semana Santa. Salvo el Domingo de Ramos por la mañana y el fresco de algunas noches, hay que volver a anotar un pleno de las cofradías que han realizado sus procesiones y llega el momento de plantear algunas de las cuestiones del balance que seguro se hará en los próximos días e incluso meses por quién corresponda.
Para empezar, lo primero: recoger, que no es poco y a pesar de eso, se tarda mucho menos de lo que realmente haría falta. Por tanto hay que felicitar a los cofrades que trabajan casi sin descanso ¡y a qué ritmo! para desmontar, limpiar, recoger y dejarlo todo en un una nueva calma, al menos aparente, que propicia este tiempo pascual.
Segundo, hacer balance. Habrá quien piense que una vez más, todo o casi todo ha sido positivo, incluso muy positivo, con algunos matices que pretenden intentar mejorar lo que no haya salido tan bien como se pueda decir. Habrá quien asegure, claro que sí, que somos poco autocríticos y que, en general, solemos ser muy complacientes. Se guarda para sí lo que se piensa para que nadie vaya a tomárselo a mal y se dice que las críticas en este mundo cofrade suelen hacerse en petit comité y por fuera, todo perfecto con felicitaciones, aún siendo poco sinceras, incluidas. Y habrá quien crea que ha habido demasiadas situaciones que necesitan, cuanto antes, una intervención rotunda por parte de cofradías o de la agrupación, de los responsables cofrades o incluso de los municipales; habrá quien tenga la sensación que ha faltado coordinación y responsabilidad compartida e incluso falta de interés o de respeto desde los propios integrantes de las procesiones y también en la gente que, en masa o de manera escasa, ha asistido como público a estas manifestaciones. No faltarán comentarios, en uno u otro sentido, sobre flores, cera, música, orden, respeto, organización y un etcétera tan extenso como quiera plantearse.
En tercer lugar, se escuchará o se pensará ¿qué hay que cambiar?, si es que hay que cambiar algo. Cómo mejorar lo que no ha salido bien, en qué foro o contexto hay que realizar las necesarias aportaciones, alejadas del apasionamiento o del subjetivismo excesivo, para llegar a acuerdos que son tan necesarios como oportunos a la hora de poner en marcha una evaluación consecuente y coherente con lo que ha pasado. La autocrítica ha de ser tan sincera y honesta como necesaria y creo que, sin una adecuada evaluación, poco o nada podremos mejorar. De esto se sabe bastante en algunas cofradías, quizá no en todas, pero cuesta, cuesta ponerlo en práctica sin ambages.
Cuarto. Habrá también quien piensa que no puede faltar un análisis de la repercusión que, en términos generales, haya supuesto la celebración de una Semana Santa que dicen que ha sido buena también para comercios, establecimientos hoteleros, bares y afines. Y si los - aparentemente -buenos resultados han repercutido de manera real en el empleo, en las contrataciones, en la mejora de las condiciones de las personas que se mueven en estos ámbitos y, finalmente, en el bienestar y progreso de nuestra ciudad y las personas que la conforman.
Finalmente , una quinta cuestión, por no alargar la posible lista y no por eso menos importante: creo que es imprescindible y aquí me consta que no solo soy yo quien lo piensa, que se vuelva a repensar la forma de trabajar conjuntamente, con menos individualismo, mirando más por el todo que por la parte, aunando esfuerzos para hacer de lo colectivo el motor que nos haga avanzar hacia una mejor Semana Santa en todos los aspectos. Las cofradías, su agrupación, aquí, tienen mucho que hacer y qué decir. Y me atrevo a pensar, aunque no nos lo creamos, que realmente tienen la última palabra.
Respondo a la pregunta que me hacía al principio. ¿Y ahora qué? Pues seguro que la respuesta de los cofrades no es otra que ¡manos a la obra!
Todo empieza de nuevo. ¡Feliz Pascua de Resurrección!
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