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viernes, 19 de abril de 2024 - 05:00 h

Pregón a San Rodrigo, mártir

Asunción y Ángeles y Demonios (IV-V)

XXV Exaltación a la Virgen de los Remedios

29.05.21 - Escrito por: Luis Félix Ruíz Sánchez











Un día cualquiera cuando llegué a Cabra
Sentí un escalofrío que me abrumaba
Anhelaba un deseo que me transformaba
Buscaba a una Madre que me amparaba
Y siguiendo la estela que me abrazaba
Me dirigí hacia el barrio que soñaba
Cogí la Puerta del Sol y extasiado,
Entrando en el Cerro, me vi amparado.
Y los balcones de flores me saludaban
Llenándome de recuerdos que me afloraban.
Y aunque Ella me guiaba por siempre
Tenía su recuerdo continuamente presente
En la Cuesta de San Juan le recé
Y sintiendo su cercanía me arrodillé
La estela de su Cruz me guiaba
Al igual que una Madre que me amparaba
Y llegando a la Plaza de Santa María la Mayor
No pude encontrar una dicha mejor
Frente a una cruz de piedra
Se me hizo más corta la espera
Y viendo la cristalina agua de la fuente
Se me vino un recuerdo siempre presente
Me acordaba del cofrade ausente
El cual siempre tenía en mi mente
Aquel vecino del Cerro que siempre te veía
Aquella señora que siempre te suplicaba
Aquel niño que siempre te rezaba
Aquella flor que nunca se marchitaba
Aquella cristalina agua que siempre brotaba
Aquel mes de mayo que nunca defraudaba
Esos recuerdos que afloran a la memoria
Esos arcos que siempre te veneran
Ese canto de saeta antigua que me recuerda
A esas vivencias de chiquillo que me afloran
Cuando de repente alcé la mirada
Y frente al muro de la antigua basílica coronaba
Vi un azulejo que me recordaba
La Señora de la Vera Cruz que asomaba
Y rápidamente volví la plaza
Junto a los pilares de la esquina que abraza
Entre en la Basílica cuyo tesoro aguardaba
La imagen más bella jamás esperada
Junto a su hijo, Cristo de la Sangre y de la Vera Cruz
Alcancé de nuevo la luz
Y derrochando su mirada buena
Una Señora elegante me espera
En su peana brillante, majestuosa
Sentí estar con la mejor joya
Una mirada que te embelesa
Un rostro que me desvela
Una Dama que me espera
Y arrodillado ante Ti, Reina Soberana
Me encomiendo a tu rosario que desgrana
Las cuentas de tus misterios que rezaban
Las señoras que del Cerro te adoraban
Las mujeres que siempre te suplicaban
Y cuyos favores siempre alcanzaban
Porque eres la Reina del Cerro
Eres la dicha de este pueblo
Que siempre te ha querido por siempre
Hasta nuestro tiempo presente
Y cuando corriendo te vi
Rápidamente me sobrecogí
Entre tus columnas me apoyé
Y arrodillado en tierra te recé
Perla de la antigua Egabro
Que siempre acrecientas mi fe
Que mas da si eres Sierra o Soledad
Si desde el cielo hasta la tierra
Bajando por San Juan Bautista
Como la gubia de tu divino artista
Desde tu camarín nos ayudas y proteges
Desde tu trono nos amparas y nos guías
Y por eso muy fuerte siempre digo
Y buscando siempre tu regocijo
Que me ayudes a exaltarte
Que me ampares bajo tu estandarte
Y que por siempre en nuestra vida
Esperando tu venida
Bajo la mirada de tu hijo hecho hombre
Podamos siempre repetir tu nombre
Y decirte y orarte por siempre
Y repetirte e implorarte bajo tu Cruz
Que nos guíes siempre en tu luz
Para que por siempre podamos decirte
Junto a tu hijo como medio
Danos siempre tu bendición
Y condúcenos a nuestros anhelos
Y Ruega por nosotros siempre, REMEDIOS.


Rvdo. Sr. Consiliario, D. José Antonio Jiménez, miembros de la Corporación Municipal, Presidente de la Agrupación General de Hermandades y Cofradías y querido presentador D. Francisco Leopoldo Corpas, Hermano Mayor y Junta de Gobierno de la Archicofradía de la Vera Cruz, queridos hermanos de la junta de gobierno de la Archicofradía de la Soledad, Cofradías de Cabra, vecinas y vecinos de este querido Barrio del Cerro, amigos cofrades, queridos amigos que estáis en vuestras casas gracias a Atalaya Televisión.

En el ocaso de este mes de Mayo y ante todos vosotros me presento hoy aquí como un humilde servidor que pese a su timidez y a su inexperiencia quiere cantarle a la Dulce Madre del Cerro, y aunque me falle la palabra, lo quiero hacer a golpes de corazón, en la forma de la palabra y del testimonio. ¿Cómo puedo exaltarte Virgen de los Remedios? ¿Qué te digo? ¿Quién soy yo para mirarte a la cara si una mirada tuya sirve para cautivarme? ¿Acaso en estos veinticuatro años no te han exaltado brillantes firmas merecedoras de tal distinción? Ellos te han cantado y te han amado, permíteme Madre de los Remedios que me apoye en la fe y al cumplirse los veinticinco años de exaltaciones, que desde aquí les de mi sincero reconocimiento y aplauso más sincero. A estas personas que me precedieron: a Antonio Salido, Gerardo, D. José Burgos, D. Manuel, D. José Juan, Raúl, Juan Domingo, Javier, D. José Priego, Alfonso, Santiago, Juan Manuel, Carmina, Loli, Carmen, Belén, Olga, Antonio Ramón, Coro Romero Virgen de la Sierra, Conchi, Ismael, José Luis, Fran y tú Paco, que mejor que tú, amigo Paco, para presentarme. Gran persona y cofrade que me conoce desde hace muchos años, en los que hemos pasado grandes y buenos momentos. Quiero que sepáis que Paco me ha presentado, no porque sea presidente de la Agrupación sino por la gran amistad que me une a él. Totalmente inmerecidas tus palabras hacia mí, Paco, que Dios te lo pague, siéntete orgulloso de tu valía, tus palabras no tienen precio y sobre todo viniendo de ti, Que vivencias y que momentos hemos compartido, que llamadas y que preocupaciones, cuantos desvelos y esperanzas, y Dios te lo ha premiado con la mejor de las bendiciones. Que esa savia nueva y que esa niña llamada María de la Sierra crezca bajo el amparo de la Virgen de los Remedios y siempre bajo el amor de una Madre a la que siempre se encomiende en sus rezos y oraciones. Muchas gracias Paco.

Todavía recuerdo, cuando hace algo más de año y medio, Juan Jurado y María José Martínez vinieron a casa a comunicarme la decisión de la por aquel entonces junta gestora y Juan me dio la respuesta, "Tú, mírala a Ella y verás lo que te dice", y fue verdad, Tuvieron que pasar varios días hasta que le diese la respuesta, porque hasta que no vine a la Iglesia del Cerro a visitarla y no la miré, no encontré esa mirada dulce, cautivadora y penetrante que me animó a que aceptara. Yo le pedí que me guiara y me ayudara, que perdonase mis defectos, mis torpezas, que me cautivara y me embelesara. Por eso, a Ti Madre, te quiero pedir que desde el cielo me guíes y me que cuides de una persona excepcional que me guió en mi vida desde siempre y a la que echo de menos. Sabiendo que él está allí junto a Ti, quiero pedirte que cuides de él y que me siga guiando y amparando, y por eso junto a Ti y bajo tu protección, quiero dedicarle esta exaltación al que me enseñó a querer a la Virgen y a confiar en Ella, al que me ayudó en mi caminar diario, al que siempre me enseñó que si todo fallaba, Ella siempre estaba junto a mí, por eso, hoy te la quiero dedicar, a ti, PAPÁ, un beso.

Y aquí me tienes, Soberana del Cerro, remediadora de las almas, vigía permanente, luz que alumbra, Estrella de la mañana, Déjame cantarte de la mejor manera que pueda, con alegría pero con respeto, con humildad, pero con sentimiento, guiándome en este difícil camino y peregrinar como si fuera las cuentas de un rosario que se desgranan con sentimiento y fe por esas mujeres del Cerro que te quieren y te veneran, te cantan, lloran y rezan contigo. Estrella de la Mañana, Salud de los enfermos, cuantas y cuantos piropos podría decirte sin que pudiera agradecerte todas las gracias que derramas sobre tus vecinos y tu barrio. Porque eres su faro y su guía, su Estrella, Tú por siempre REMEDIOS.

Este año ha sido especial, Madre, protégenos en esta cruel pandemia, en este duro caminar que hemos tenido que soportar, en esa agonía de esos devotos que han visto reflejado en tu cara, en tu divino rostro, el sentimiento de verse recompensados de tu divina gracia y mirada que siempre has tenido hacia ellos, en esas bondades que siempre nos muestras, en esa dulzura de rostro inmaculado pero sereno y triunfante. Protégenos, Madre, porque siempre estarás ahí, líbranos de una vez de esta cruel enfermedad, y aquí amparándonos en tu mirada y en tus divinidades lograremos vivir bajo tu protección y fe, con sentimiento. Sabiendo que siempre estarás ahí protegiéndonos, y sabiendo que estarás ahí amparando a esos enfermos que estén en la cama de un hospital, luchando por su vida y teniéndote en su pensamiento o en esa estampita en esa mesilla de noche en la que tantas veces volverán sus ojos y deseando de tenerte como fiel reflejo de su esperanza en aferrarse a esa vida que a veces difícilmente consiguen retenerla. Ruega por Ellos, Madre de los Remedios, te pedimos por ellos, alcánzanos la Misericordia de verlos curados para que por siempre podamos glorificarte y exaltarte.

Y así, en esta Bendita Morada, desde tu Santuario, proteges a tu querido Barrio que te mima y te cuida, te venera. Desde la Candelaria hasta los villancicos de Navidad recibes todos los agasajos de tus devotos y de tu pueblo, reinando en este camarín y en este altar, desde el germen de la antigua Egabro, eres la flor más bonita, la Niña y la novia de Cabra, que bonita leyenda me contaban siempre de pequeño de que fuiste la Patrona de esta Ciudad cuando la Virgen de la Sierra estuviera oculta en la montaña, porque tienes porte de Patrona. Verte en tu camarín es impresionante, tu mirada, tu dulzura. En tres ocasiones he subido a tu Camarín, Madre, y como lo recuerdo. Como impresiona el verte a la cara en ese rostro sereno y dulce, en esa filigrana arquitectónica que se rinde a Ti, en esos espejos caprichosos que proyectan tu luz como fiel remediadora de todos nosotros, Virgen de los Remedios, madre dulce y serena, guíanos por siempre desde tu camarín a esta bendita Tierra para que nunca perdamos tu amparo y protección.

Madre guíanos y protégenos
Danos tu cobijo y protección
Envuélvenos con tu bendición
Cuando oremos en tu dulce morada
Madre por siempre amada
Virgen bonita de Cabra
Acude en nuestra llamada
Rosario de nuestras entrañas
Madre por siempre venerada
Perla de la antigua Egabro
Ruega por nosotros
Y aquí ante tu presencia
Ayúdanos a descubrir tu esencia
Y con fuerza y sentimiento
Buscando en mis adentros
Te pido por tu pueblo
Te pido por tu barrio
Te pido por nosotros
Y a tu amor me aferro
Para que nos bendigas, desde el Cerro.


Pero hablar de la Vera Cruz, es hablar de recuerdos de chiquillo regocijado que, con gran alegría, vestía su primera túnica de capuchón, allí, en el Instituto de Formación Profesional, por aquel entonces en el miércoles santo. Y como bajábamos hasta la Parroquia de Santo Domingo por la Avenida de la Fuente del Rio que me recordaba a tu procesión de Mayo cuando saludabas a toda la vega del Vado del Moro y a todas las huertas que a cambio de tu visita te ofrecían sus mejores flores en tu transitar desde el antiguo Taller Escuela. Con que cariño te mimaban tus camareras, eras la Reina de la Casa, en unos años en los que, siempre lo he dicho, por desgracia, no podías salir de un Templo, ya que San Juan Bautista estaba cerrado al culto, demasiados años en mi opinión y totalmente injusto como también lo he dicho que en los años ochenta, la cofradía decana de la Semana Santa, no tuviera cobijo al menos en la Iglesia Mayor Parroquial de Cabra.

Gracias a mi tío José Ruiz, me hice hermano de mi primera cofradía, y allí, con mis primos Raúl, Diego y Alejandro, compartíamos vivencias en torno a la Madre de los Remedios. Y sobre todo Alejandro, que aunque ahora estás a miles de kilómetros, mantienes intacta tu devoción hacia Ella y te aferraste a su manto sin perder la esperanza al igual que tu gran amigo Manuel Fernández, trabajador incansable de esta hermandad obteniendo vosotros dos la mejor recompensa de todas.

Hablar de Vera Cruz es también recordar caminos al Instituto Felipe Solís a recoger la túnica donde allí nos recibía Carlos Martínez y pagábamos las cuotas. Como te querían y te agasajaban, desde esos antiguos escapularios que se tornaron en rosarios, con ese verde que nos transmitían la más bella esperanza que se puede transmitir, el tenerte cerca. Y todas las juntas de gobierno y hermanos mayores que después han velado por Ti, Juan Domingo, José Joaquín, Belén, Juan, Maria José y Fran que representa la savia nueva. En ti, Fran, recae una dicha y una preocupación, porque el año que viene celebraremos los quinientos años de la constitución de la Archicofradía, cinco siglos de Veracruz en Cabra, con sus altibajos pero con la devoción hacia una Madre y una Cruz que junto con el resto de sus Titulares han fomentado la devoción de esta Iglesia de San Juan Bautista. ¿No ves Madre? ¿Cómo sembraste la semilla de la devoción de esta villa de Cabra? ¿Qué misterio y esencia nos muestras en tu bello rostro? ¿Por qué me deslumbro cada vez que te veo en esa imponente ráfaga? ¿Por qué me cautivas y me embelesas en esa doble advocación de pasión y gloria? ¿Qué misterio me aguarda cuando veo tu imponente manto negro con el que nos cubres cada jueves santo? ¿Por qué te veo siempre como a esa Virgen niña que cubre nuestros desvelos? ¿Has visto con que amor te mira tu Divino Niño? ¿Por qué me cautivas cuando te miro? ¿Qué misterio guarda tu entrañable mirada para que me hagas digno de mirarte? ¿Por qué siempre encuentro refugio cuando te visito en estas mañanas de sábado? ¿Qué misterio tiene tu rostro cuando lo miro? ¿Por qué los geranios se rebelan ante Ti cuando pasas en tu bello caminar por tu discurrir en tu estela de fé?

Mirarla a Ella, es mirar una obra llena de gracia y delicadeza, su rostro que parece de niña, esboza una tímida sonrisa sin llegar a hacerlo, mientras sostiene la linda Talla de su Niño. Así es Ella, llena de amor hacia todos nosotros, que nos mira con mimo y alegría compartiendo su veneración con las Madres que la acompañan y cuidan de este soberano barrio del Cerro, Rocío y Amor Fraterno que junto con Nuestro Padre de la Salud y Cristo de la Humildad en Lavatorio conforman la columna vertebral de esta antigua Iglesia de San Juan Bautista que junto al Cristo de la Sangre y Jesús de las Penas mueven la fe de este Barrio, tres cofradías a una engrandeciendo todas las manifestaciones y divinidades de este templo visigodo capitaneados por una Madre que la cuida y la ampara, la mima, mostrando todo lo mejor de Ella hacia sus hijos. Déjame Madre de los Remedios, acompañarte a Ti y en todo tu esplendor para que siempre nos muestres tu encanto, tu belleza, tu gracia y tu dulzura propia de Ti para que veamos reflejada en tu Divino Rostro todo tu misterio que guarda ese semblante, déjame sentirte y alabarte y permíteme que veamos siempre todo el misterio de nuestra fe en tu divinidad para que siempre y junto a Ti, nos ayudes a descubrir el verdadero sentido de nuestra vida.

Y todo comienza en un mes de Mayo cualquiera. Atrás ha quedado esa cuaresma y semana santa que, por desgracia, este año no la hemos podido vivir viéndote paseando por tu pueblo. Desde tu estela del jueves santo, en esos hilos de tu maravilloso manto y tras esa cruz arbórea te hemos pedido todas nuestras súplicas, y así, tras la alegría de la resurrección, has vuelto a tu casa.

Que el bordado negro de tu manto
Nos ayude a mitigar tu llanto
Que nos cuide en tu quebranto
Y que lo cambiamos por un radiante blanco
Que la talla arbórea de tu cruz
Nos lleve de nuevo a la luz
Que descolguemos ese sudario
Que lo guardemos como relicario
Y lo cambiemos por un rosario
Que desgranado con sentimiento y fe
Nos devuelva tu esperanza.
Que resuenen las campanas
Que vuelva la alegría
Porque una mujer llamada María
Ha recuperado lo más sagrado
A su hijo amado
Y cuando llega mayo
Todo se renueva
Remedios se transforma
Y todo cobra sentido
Porque al amparo de la resurrección
Nos llevas a la redención
Porque bajo tu divina estela
Se nos hace más corta la espera
Que tu Corona Dolorosa del jueves santo
Que nos cubría bajo tu soberano manto
Nos devuelva a un mayo con esperanza
Hacia una dicha que nos alcanza
Hacia un horizonte que nos muestre
Tu divinidad siempre presente
Hacia una Madre portentosa
Que nos lleve a una corona gloriosa
En el que se acaben los sufrimientos
En el que nos libremos de nuestros pensamientos
Todas las crueles enfermedades
Para que nos muestres tus bondades
Para que siempre nos ampares bajo tu corona
En esa vida que nos muestras
En ese rosario que nos predice
Los cantos y tus alabanzas
De tus vecinas que sus dichas alcanzan
En esas manos que nos abrazan
En esas manos que nos bendicen
Para que siempre nos profeticen
Todas las gracias alcanzadas
Y recibidas de su Madre Amada


Y como dije antes, todo comienza en un mes de mayo cualquiera de un año cualquiera, en el que este año no ha podido ser. Mayo en el que nos rendimos siempre a tus pies, en esa eterna primavera que anhelamos cuando las flores de este barrio florecen y germinan para ofrecerte todo su esplendor en este mes que empieza con la Cruz de Mayo y tu procesión y termina con este humilde ofrecimiento y veneración que un simple cofrade como yo intenta presentarte como la más fervorosa ofrenda. Por eso, desde estas manos que son las tuyas, me postro ante ti y te pido que nos guíes y que marques el sendero de nuestra vida para que sintamos siempre la esencia de verte de cerca como la más majestuosa Torre de David que siempre ruega por nosotros teniendo siempre las más atenciones con tus hijos, no nos dejes nunca, porque cuando tu mirada cae hacia nosotros derramas el más lindo amor hacia tu gente de esta bella morada egabrense, todos te veneran y te aclaman, te miman y te quieren porque la más bella ofrenda es ese rosario que te ofrecemos todos juntos en esos jueves y en esas tardes del mes de mayo. Deja que acudamos a ti y que renovemos todas las más suaves fragancias de estas flores que te renovamos continuamente para que así consigamos las gracias que pedimos.

Pero qué manera de homenajearte comenzando por la explosión de mayo. Tú no estás sola Madre, tienes a gente muy preciada que cuida y vela por Ti. Ellos han querido mostrarte lo mejor de su vida, en su savia nueva, en su juventud, en la esencia de su vida que siempre te la han querido mostrar. Ellos te tienen como ejemplo de vida, como modelo a seguir, ellos son las nuevas generaciones que quieren perpetuar tu nombre y toda tu esencia. Sí, sí, a vosotros, jóvenes de la Archicofradía, que combináis con la experiencia de la veteranía todo el sentir hacia una Madre, que se ha fijado en vosotros como discípulo amado que se quedó junto a la Madre y que ahora la acompaña en la alegría de la resurrección. A vosotros por siempre jóvenes cruceros, que amáis por siempre a Ella por encima de todas las cosas, a vosotros, jóvenes cruceros, llama de fe viva que abrazáis todo el sentir y la devoción de la Madre, a vosotros, cruceros, transmisores en el futuro de la devoción de la Madre hacia su pueblo, a vosotros, jóvenes cruceros, proyectores de la fe que tenéis, oscura y verdadera, pero que la hacéis como modelo vivo de alegría y esperanza, sentid la presencia viva de Ella que os mima y quiere por siempre. A vosotros por siempre, testigos e impulsores de ese fuego que arde en el corazón de María Santísima de los Remedios que sufre cuando alguna desgracia cae sobre sus hijos.

A vosotros, jóvenes cruceros
Orgullo de vuestra Madre es sus desvelos
Recordad por siempre y tened presente
Que por encima de todas las adversidades
Que la vida nos depara
No tendréis dicha más grande que ser y sentirse
Jóvenes cruceros de la Veracruz de Cabra.


Cuanta alegría desborda el semblante de todos los que te veneran en esa bella efigie que el creador nos regaló para poder eternizar por siempre la sonrisa de María que con terno exquisito nos bendice, ¡Pero que dicha poder contemplarte tan cerca!, ¿Qué bellos misterios encierras y nos guardas cuando me postro ante Ti y encuentro el bello susurro de estas paredes de San Juan Bautista que te abrazan y enjugan tu divinidad? ¿Acaso Jiménez de Valenzuela, Cristóbal de Hariza y todos tus benefactores sabían que años tras años ibas a tener tanta devoción como regalo místico que nos muestras desde nuestros antepasados dándonos por siempre gracias y alegrías, bendiciones y alabanzas y todo lo mejor que podamos esperar de una Madre Misericordiosa y buena? ¿Qué tienes, Madre de la Veracruz, para que el inicio de Mayo sea siempre tan gozoso que tu mirada hace que todas nuestras penas se mitiguen?

Cuando resuenan todavía los ecos pascuales de la resurrección, te muestras fiel a tu pueblo por siempre como benefactora de todas nuestras almas. Te manifiestas como divinidad que se muestra hacia este pueblo que te aclama. Desde la Cruz del Cerro hasta Pentecostés has sido faro y guía, y precisamente en esta noche de pentecostés como Espiritu Santo divino te quiero pedir que nos infundas con el espíritu divino, que nos muestres el sendero de nuestra vida, que nos ayudes en esta enfermedad, que con cada misterio del rosario que desgranemos nos ayudes siempre a sentir tu presencia única y verdadera que mitigue todas nuestras esperanzas. Que te transformes en esa Virgen niña y pura, cristalina, como la cristalina agua que mana de la fuente del Avellano, como la cristalina que brota de tu Plaza de Santa María la Mayor y que nos cautiva por siempre.

Y así, cuando te hubiesen glorificado los niños con sus Cruces de Mayo que intentan a una imitar a una Veracruz gloriosa y fervorosa, esa Cruz suprema sacramental que cautivó a Juan Valera, esa cruz de los novios que son prenda de nuestro pasado y nuestra historia, ojalá muy pronto podamos volverla a ver en la calle, pasaríamos a un Mayo dedicado a ti, porque esas cruces nos recuerdan a Veracruz, a divinidad, a esencia de Cabra.

La iglesia de San Juan Bautista se reviste más bonita que nunca y las campanas tocarán ese ángelus glorioso que anuncian que tu procesión de gloria está por llegar. Remedios se mostrará más radiante que nunca, más esplendorosa y más feliz al ver a sus hijos que los recibe con esos brazos abiertos como una Pastora remediadora de almas que como si tuviera su cayado remedia a todos los hijos de su pueblo que la miman y la quieren, le cantan, como los mismos mochileros venidos de todos los lugares que cantaban en navidad a su Divino Niño, para honrar a ese pastorcito divino. Ese mismo al que adoraremos en la Candelaria, felizmente recuperada por tu Archicofradía. ¡Cuánto ha trabajado tu sacramental archicofradía para que de nuevo tu iglesia sea reabierta al culto y seas por siempre venerada!, cuantos desvelos y cuantas preocupaciones, cuanto amor de Madre. Personas con nombre propio que trabajaron por acrecentar la fe hacia nuestra Madre. Por eso, guíanos y protégenos Reina de los Remedios porque por cada misterio del rosario desgranas todos tus sentimientos y toda tu dulzura propia de Ti.

Misterios del rosario, que son engarzados por el amor que profesan a la Soberana del Cerro ese grupo de señoras y devotas que caminan con Ella. Si, si, también vosotras formáis parte de este cúmulo devocional que aglutina tanta trayectoria de siglos. A vosotras, las que estáis más cerca de Ella, la que le contáis vuestros problemas, los de vuestros maridos, hijos o nietos, las que confiáis en Ella, las que preparáis y ayudáis para que todo esté a punto, las que estáis codo con codo con la Archicofradía para que no le falte de nada a la flor más preciada de las flores, y hablando de flores, Madre de los Remedios, eres la flor más preciada de nuestros campos, en definitiva, eres nuestra REINA.

Pero ese día de Mayo, no tendría sentido si no fuera precedido por esos ecos y reminiscencias de la alegría de un barrio que se doblega y ofrece a su Madre,

Amanece sábado de mayo radiante
¿Has visto esa estrella fulgurante
Esa mirada por siempre inquietante
Y que te cautiva de forma brillante?
Si, la he visto tan divina y cercana
Que me ha robado el amanecer de la mañana
La he visto tan majestuosa y soberbia
Que invita a hacerle la reverencia
En las esquinas de Santa María la Mayor
Ya se nota un bullicio con esplendor
Que repiquen las campanas
Que se manifiesten todas las esperanzas
Porque Remedios en sus entrañas
Nos bendice con alabanzas
Nos cautiva con su mirada
Y nos enamora desde su morada
Sábado de mayo que anuncias
Que ella saldrá gloriosa
Que nos cubrirá bajo su manto
Y nos librará de todo quebranto
Que canten los campanilleros
Que aglutinan todos nuestros recuerdos
Que resuenen los cantos de aurora
Con una melodía que nos enamora
Porque Remedios de nuevo saldrá
Y de su amor nos participará
Bajo su manto nos cobijará
Y con su mirada nos cautivará
Despertad por siempre vecinos del cerro
Que la madre de los Remedios con aferro
Nos espera en su iglesia, con sentimiento


Desde primera hora parece que todo tiene un brillo especial, las flores sonríen, se ve ese transitar de gente que quiere ver a la Reina de la Veracruz que desde su camarín ha bajado para traernos Esperanza y fe. ¡Qué pena Madre! Que este año no has podido encontrarte con tu barrio, con tu gente y con tu pueblo, ni en semana santa ni en mayo, pero con la espera y la fe de que el año que viene volvamos y podamos de nuevo verte, pero déjame que me aferre a ese sentimiento, déjame que te recuerde como si salieras en un mayo cualquiera, cuando tu cara de Virgen niña traspasa toda la recreación más hermosa que el creador labró en ti. De tu gubia el Señor se prendió, el Angel te anunció y el espíritu que recibiremos esta noche se cautivó, porque también eres Madre del Espíritu Santo, que al igual que la Madre del Rocío, aguardas a este pueblo cristiano, que unidos a tu espíritu congregas a todos tus devotos. Rocío que junto a Amor Fraterno arropan a la Reina de la Veracruz que ha querido bajar de su Camarín para entregarse a su pueblo.

Sábado de Mayo glorioso, en el que todos quieren arropar a la Madre, añorando ese jueves santo que este año no pudo ser y bajo la luz de Mayo. Por eso mismo, imaginad y cerrad los ojos por un momento e imaginémonos esa salida vespertina de la Reina de los Remedios, imaginad ese repicar de campanas de San Juan Bautista cuando sale por su puerta y ese canto de auroros que como voces a una quieren mostrar pleitesía a la Madre, a la Soberana, a la Reina, a la Esperanza de nuestras vidas.

Esperanza que este año resuena más que nunca y que siempre la ansiamos cuando recordamos tu entrada en la Calle Toledano, en esos patios que te saludan cuando pasas y los bendices, los geranios y las rosas enmudecen ante tu presencia, eclipsas la belleza de ellas cuando dejas tu estela, aquella flor marchita volvió a recuperar su esencia cuando pasaste junto a ella, cuando le abriste el paso hacia esa divinidad que tu manifiestas. Aquí te miman tus vecinos y vecinas por siempre en esta señera calle de patios engalanados que han querido mostrar su mejor belleza hacia Ti, en esas flores de geranios que son eclipsados a tu paso, las humillas en tu belleza. Esa belleza cristalina, igual como la cristalina agua de la fuente del Avellano que enmudece cuando haces sentir tu presencia. Ya enmudeció el lunes santo con un ronco tambor, pero ahora volvió a enmudecer de alegría y de regocijo que manifiesta cuando derramas tu esencia y tu gallardía. Vecinas y vecinos, ¡abrid las puertas de par en par hacia la Madre que viene a visitaros!, sacad vuestras mejores galas y engalanad vuestros balcones, que todos se sientan dichosos al paso de las Virgen de las Vírgenes, de la Madre Santa, que majestuosa corona su peana. Peana de carrete para la Torre de Marfil, para la más bella flor que es mimada por sus costaleros, por esas almas que te cuidan, te miman y te veneran. Todos a una velando por su Madre. Tenéis la dicha de llevarla sobre vosotros, cuando estáis bajo el trono o con los varales, sentidla muy cerca de vosotros. A vosotros también, costaleros de la Soberana de los Remedios, artífices de la devoción de un barrio. recordad que cuando la lleváis sobre vuestros hombros , gozáis del privilegio de estar bajo Ella, y sentiros los más cercanos y fieles testigos de su presencia, y recordad que lográis que todo un barrio se emocione ante la Señora y viva de forma más intensa su fe, llegando a formar lo que fue, es y será siempre, la unión de un sentimiento costalero tan intenso, ¡ESA ES LA CUADRILLA DE LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS!

¡Cuidado con Ella!
Que bajo esas insignes vestiduras
Una paloma del cielo se encubrió
Y bajo la tierna mirada de Virgen gloriosa
Un remanso de paz se manifestó
Cuidadla con esmero
Cuidadla con devoción
Y cobijados ante Tí
Danos siempre tu bendición.


Y así derramando su gracia, transita la Auxiliadora de nuestras almas en esos escalones que parecen como si descendiera de su altar hacia los Huertos, y es donde la Aurora en forma de campanilleros te quiso rendir homenaje en forma de pleitesía y gracia, todo lo mejor para Ti, para esta Madre que nos cuida y ampara hasta que llega hacia Bachiller León para desembocar en la Placeta. Y es aquí, cuando el sol del atardecer quiere competir contigo en esa claridad, es cuando ese rayo que se ahoga se funde con tu tez fina y suave, cuantas veces me fijé en tu rostro para pedirte por todos nosotros. Recuerdo cuando antes visitabas a las Madres Agustinas, ellas, desde la vida contemplativa te dedicaban las mejores oraciones y los más fervorosos cánticos, ruega por ellas, remédialas e infúndeles todo tu cariño para que siempre puedan obtener tus gracias. Y una vez que has visitado el convento recoleto y giras hacia la Fuente, es cuando vuelves de nuevo hacia tu barrio y hacia la majestuosidad de lo efímero, los cantos se hacen plegarias y alabanzas, los aplausos se hacen vítores y las aclamaciones se hacen oraciones, los campanilleros te ofrecen lo mejor de sí, qué más da si son de Luque o de Priego, si todos a una te ofrecen el mejor canto para remedio de nuestra alma, como Divina Pastora remediadora de nuestras almas. Y ahí, tus jóvenes cruceros esperándote están, quieren realizarte tu mejor homenaje por el que ellos se desviven, te agasajan de pétalos de flores que intentan mitigar la preocupación de nuestros problemas, cantos y vítores se escuchan a la Copatrona de Cabra, pétalos al cielo para ofrecérselas a la rosa de las rosas, a la Madre bondadosa, déjanos Madre que te ofrezcamos esas flores renovadas porque ya sabes que las flores que adornan tu altar no estarían tan hermosas ni os serían tan agradables, si no se renovaran diariamente, del mismo modo te ofrecemos estos pétalos renovados y repetidos con devoción y confianza, los cuales en tu Excelsa divinidad mitigan ese rayo de sol del atardecer que quiso atravesar tu cara obsequiándonos con esa candidez y tersura de Virgen Niña que nos acompaña en todos nuestros desvelos, porque Ella quiere estar con su pueblo y con todos los vecinos.

En la Puerta del Sol te esperé
Y allí siempre te recé
Cuando en el arco te contemplé
A tu manto me agarré
Y tu Remedio alcancé
Para acrecentar mi fe.
Y cuando mi gracia te supliqué
De nuevo me arrodillé
En mi sueño te imaginé
Y rápidamente te encontré
Y una vez que te miré
Dije, ¡Remedios, a ti siempre te alabaré!


Como divisas tu morada, Estrella de la mañana, a tan pocos metros, que la Cuesta de San Juan se hace rápida y ágil porque todos tus devotos te llevan en volandas y guiados por ese misterioso misticismo y esa fe, a veces oscura pero cierta que nos anima a seguir y a venerarte hasta el fin, hasta que pasas por la antigua casa Episcopal, cuantos Obispos se rindieron hacia Ti e intercedieron por todos tus favores, cuantos presbíteros se dieron cuenta del misterio que envuelve tu rostro cuando sonriente nos mira, a ti Virgen de los Remedios, luz que vislumbra el mas divino tesoro que podamos encontrar, el tenerte cerca y poder orarte.

Pero la muchedumbre se agolpa cuando llegas a la Plaza de Santa María la Mayor, donde la bella cruz de piedra arropa a los mosaicos de tus Titulares, Cristo y María, Madre e Hijo, y aquí es donde se multiplican los cánticos y alabanzas, donde el cielo se conjuga con la tierra para recordar a esos cruceros que se fueron y a los que tienen la dicha de estar con Ella. Vela por ellos, por todos los que hicieron todo lo posible para engrandecerte y para procurar que no te faltase de nada.

Y cuando estás a punto de entrar, repican las campanas, arrecian los cantos y vivas, y cohetes explotan para que el Arca de la Alianza transite por su plaza y reparta bendiciones cual madre misericordiosa que ansía reunirse con sus hijos. La espadaña te quiere rendir pleitesía por siempre moviendo esas campanas caprichosas que anuncian por doquier todas las alabanzas hacia la Madre que siempre ha querido velar por sus hijos. ¿No ves como te quiere tu pueblo?, enfilando los Baños de San Juan, los mismos que te recibían en ese Jueves Santo vuelves de nuevo a tu Ermita y morada, a la raíz de tu esencia, al Templo de la divinidad que quiso mostrarse como el mejor reflejo de la fe y la devoción de tus devotos que siempre te han esperado o aguardado, en el rosario del jueves o en las veces que vinieron a postrarse ante tus pies con regueros de oraciones que quieren unirse a la peticiones y súplicas que siempre han sido recompensadas por tus gracias y tus favores. Ya estás de nuevo en casa, Remedios, pero Mayo no termina, porque este bendito mes quiso postrarse a la más bendita de las Madres, guíanos por siempre, trono de sabiduría.

Pero quizás lo más duro para Ella sea la vuelta a su Camarín, a su trono, a su altar, porque después de ver como su pueblo la acompaña, la quiere, la sigue, la venera y le canta, también sufre por los momentos en que Ella se queda sola en su morada, porque ella, quiere ser lazo de unión de su pueblo y su barrio hacia el Todopoderoso. No la dejemos sola. Visitémosla y recemos ante Ella.

Esto ha sido, para mí, lo que hubiera representado un mes normal de Mayo y una procesión que hubiese discurrido como todos los años. Ha sido un sueño de Mayo que me hubiera gustado mantener y del que hemos tenido que despertar.

Pero continuando con el mes de Mayo tendríamos su besamanos o como ha sido este año, su veneración, en el que Ella baja de su trono y ofrece como Reina y poderosa para escuchar todas las peticiones de sus hijos, pero no contentos con ello, le ofrecerán las más bellas flores de nuestros huertos, a modo de ofrenda que adornarán tu altar. Así es la Madre de los Remedios que acoge las peticiones de sus hijos, como acogió a Nuestra Patrona, e incluso le cedió su Camarín, en ese bonito encuentro de dos Madres que velan por esta noble ciudad de Cabra. Madre de la Sierra y Madre de los Remedios que atestiguan la devoción a la Virgen María que desde tiempo inmemorial hemos profesado.

Pero tengamos fe, porque el año que viene los ángeles te aclamarán porque celebraremos los quinientos años de Veracruz, con más júbilo si cabe que cuando fue el cuatrocientos setenta y cinco aniversario de la archicofradía, Ella paseó por su Barrio y se le ofrecieron las más bellas composiciones musicales, los compositores se rindieron hacia Ti para convertirte sin duda en la imagen con mayor patrimonio musical, por cada ofrenda, una marcha, plasmada en el más bello amor hacia un pentagrama. Pero como decía, el año que viene celebraremos los quinientos años de Veracruz, tu barrio y tu pueblo se recreará en tu bendita pureza y belleza, la oscuridad se tornará claridad y la dicha velará por todos los que te aclaman y te quieren. Gracias Madre, por todo el bien que nos has hecho en estos cinco lustros en el que has mirado y has vuelto tus ojos misericordiosos hacia tus hijos que te aclaman por siempre. Que todos a uno se postren ante María Santísima de los Remedios, que su Venerable y Sacramental Archicofradía proclame a los cuatro vientos que la grandeza de María está más presente que nunca y que la corte celestial se arrodille ante la Reina de los Ángeles que triunfante nos conducirá a ese encuentro fervoroso que nos llevará a la dicha de tenerte cerca. Ojalá estos quinientos años se puedan celebrar con una procesión gloriosa y triunfante que nos anuncien el final de esta terrible pandemia que segó nuestras ilusiones y esperanzas.

Mil quinientos veintidós
Año de gozo del Señor
Demos gracias a Dios
Porque después de cinco siglos
Has velado en nuestros designios
Que estalle el Cerro de alegría
Que todos alaben a María
Porque tras la Veracruz
Hemos descubierto de nuevo la luz
Porque cuando venzamos la enfermedad
Tú nos mostrarás tu piedad
Cabra, despierta por siempre
Cuando veas a tu madre presente
Que quinientos años te avalan
Como ese rosario que desgrana
Cantemos con alabanza
No perdamos nunca la esperanza
Porque eres nuestra Madre gloriosa
Que nos muestras una corona gozosa
Que lo celebre tu archicofradía
Con las más sonoras melodías
Que tu camarín te corone
Como la divinidad que se te supone
Porque la Virgen mas amada
Ansía ser coronada
Que tu luz nos ilumine con sus destellos
Y nos bendigas en todo momento
Clamad al cielo porque María nos recibe
En su bello altar como se concibe
En su humilde morada ataviada
Y por siempre enjoyada.
Madre pura por siempre inmaculada
Déjame por siempre que te acompañe
En tus alegrías y tristezas
Que quinientos años no es nada
Para verte y alabarte
Virgen por siempre amada.


Y en el ocaso de este mes, Virgen prudentísima, quiero pedirte por todos nosotros, por todas las personas que en algún momento de su vida han vuelto su mirada hacia esos ojos misericordiosos que nunca nos han defraudado, desde esa Veracruz y a los pies del Cristo de la Sangre, quiero pedirte por tu pueblo, por tu barrio, por todos los hermanos presentes, por los que se fueron, te pido por tu archicofradía, que pueda mantener siempre la llama viva de la fe, por tus jóvenes cruceros, por los enfermos, por los gobernantes, por las personas que te sienten, por los que han abrazado tu fe desde siempre, por las señoras del barrio que ofrecen todo lo mejor de ellas y transmiten a la Virgen todos sus sentimientos en forma de oración y peticiones. Todo para ti, Virgen prudentísima, en forma de esas alabanzas que te ofrecen como rio caudaloso de una fe que fluye hacia ti en el cénit de toda nuestra fe, coronándote como Madre y Señora nuestra, por eso ahora más que nunca en cuando tenemos que profesar nuestra fe y sentirte con más cercanía que nunca y reaccionar cuando atacan y ofenden a nuestros sentimientos, porque en el centro de todo estarás Tú, Madre Amada de los Remedios, que velarás por nosotros y por todas nuestras vidas, nos ampararás y guiarás por siempre en nuestro caminar diario y en todos sus sentimientos en definitiva, nos darás todo tu apoyo para que por siempre gocemos de tu presencia. Así eres Tú, Estrella de la mañana, luz divina que atrae nuestras súplicas, A ti por siempre te aclamaré y a cambio, déjanos que siempre podamos sentirte como benefactora de nuestras almas y envuelve con tu manto a este Barrio del Cerro. Que el sentirte cerca, haga convertirnos, que todos a una renovemos nuestras ofrendas hacia esa efigie tuya que desde los tiempos antiguos han coronado a todas nuestras almas, y que después de todo esto, sigamos el ejemplo como Tú que te entregaste a tu pueblo y a tus hijos. No nos dejes nunca Remedios, porque por cada oración que te ofrecemos, una plegaria del cielo busca nuestro consuelo, ruega por nosotros siempre a ti Reina concebida sin mancha original.

Que San Juan Bautista enmudezca
Que nuestra fe cada vez más crezca
Que tu gracia se manifieste
En este año agreste
Porque Mayo en todo su esplendor
Quiso obsequiarnos con su candor
Y que mejor alegría que tu presencia
Para mitigar de nuestros queridos, su ausencia
Eres soberana de forma permanente
Desde hace siglos hasta nuestro tiempo presente
Déjame que te cante y te alabe por siempre
Porque los ángeles que en el cielo te adoran
Han bajado a rendirte alabanza
Te han implorado por siempre esperanza
Y nos han devuelto nuestra templanza
Para que nos ayudes en nuestro camino
Para que nos guíes siempre en nuestro destino
Porque eres la Madre de Dios
Que siempre nos ofrece su perdón
Porque eres la virgen de las vírgenes
Desde la Inmaculada Concepción
A tus plantas te imploramos con nuestra oración
Y así siendo Madre de Dios
Te veneramos como Madre Nuestra
Como Madre de Cristo y de la Divina Gracia
Como Señora siempre presta
Y Madre de la Iglesia por tu idiosincrasia
Porque junto a ti y tus desvelos
En el que ensalzamos nuestros anhelos
Te veneramos como Madre de la Misericordia
De la divina gracia y esperanza
¿Por qué te digo tanto Madre purísima
Si es que siempre eres castísima?
Porque eres inmaculada, amable y admirable
Y Madre siempre afable
Por eso, en tu divino consejo
Y siendo Madre del Creador y del Salvador
Obtengamos todo tu calor.
Ese fuego que tienes en tu corazón
Que nos quiebra toda la razón
Y que nos da siempre tu bendición
Nos recuerda a llama de amor viva
Que nos devuelve a una nueva vida
Por eso a ti, Virgen prudentísima
Te veneramos y te alabamos
Y bajo el nombre de Remedios, a ti nos presentamos
Y por tus gracias te imploramos
Y aunque Cabra incansablemente reza contigo
Nos cautivas guiándonos en nuestro destino
Siendo clemente, fiel y poderosa
Tu mirada me parece preciosa
Y hasta me parece fervorosa.
Por eso como Madre de justicia
Llénanos de sabiduría en tu trono
Y condúcenos a vos, siempre Reina
Porque en nuestras alegrías y tristezas
Eres nuestra rosa mística,
Cautivándonos en tu realeza
¿Qué más quieres estrella de la mañana
Cuando te veo por siempre enjoyada?
¿Qué puedo darte yo, perla nacarada,
Si eres por siempre, Madre Amada?
¿Qué esperas de nosotros, palma de cades
Si siempre nos muestras tus bondades?
Ábrenos la puerta del cielo
Para que podamos entrar contigo,
Ábrenos ese postigo
Para poder cumplir nuestro anhelo
Remedios de mis entrañas.
Al pie de tu Basílica y espadaña
Que Mayo se reviste de oro como Torre.
Y así te veneramos por siempre Reina
De los ángeles, patriarcas y profetas
De apóstoles, mártires y confesores
De los santos y de todas las familias
De toda la cristiandad
Y de todas las reliquias
Porque terminando esta letanía Reina y Señora
Me postro ante ti por siempre
Renuevo mi petición y te pido
Por todo nuestro pueblo
Por todos los enfermos
Para que tengamos por siempre la dicha
De alabarte y quererte
Que lleguemos a conocerte
Que no perdamos la ilusión por verte
Y que siempre te tengamos en nuestra mente
Porque Remedios Tú por siempre reinarás
En el cielo donde nos cobijarás
En tu trono donde te manifestarás
Y en tu morada donde nos abrazarás
Y entonando por siempre nuestras plegarias
Que siempre te ofrecemos desde la Candelaria
Llegaremos todo el año a la Navidad
Donde tu hijo nos mostrará tu divinidad
Que sean las entrañas tuyas, Madre
Las que siempre nos acompañen
Y que tus manos sean las que nos abracen
Hasta el punto que nos amases
Porque quinientos años no es nada
Si todo tu barrio te canta
Y todas las flores te acompañan
Por eso en mi hora final
Y viendo que mi exaltación está a punto de terminar
Permíteme Madre mía
Déjame madre buena
Acompañarme en mi vida
Que tu corona y tu mirada
Sea la guía de nuestra vida
Que tus ojos misericordiosos
Nos lleguen a nuestro espíritu fervoroso
Que el bordado de tu manto
Sea el auxilio de nuestro quebranto
Que las cadenas de tu rosario
Nos hagan venerarte en tu Santuario
Que tu peana de carrete esbelta
Nos cautive como un manojo de rosas envueltas
Que el plateado refulgente de tu corona
Nos deslumbre como el sol de la aurora
Que todo el pueblo te aclama
Orgulloso con dicha de contemplar
Durante casi cinco lustros
La bella y portentosa efigie
De la Reina de los Remedios de Cabra.
Y llegado en mi hora final
Como las rosas de un rosal
Os pido de nuevo compasión
Si tuviera alguna vacilación
Y os ruego vuestra comprensión
Si mis palabras nublaran a mi razón
Y si alguna ofensa Madre mía te hiciere
Ruego me perdonases si mi verbo te hiriere
Y si el jueves santo a tu cruz me abracé
Y en su sudario, el martirio de tu hijo recordé
Al llegar Mayo, a la Veracruz me arrodillé
Y tus divinas manos besé
Y al Cristo de la Sangre imploré
Y a tu medalla me aferré
Y en tu antiquísima iglesia te imaginé
Y con un nuevo mes de Mayo soñé
Y con tu recuerdo me recreé
Para que cuando algún día el destino me llame
Podré decirte por siempre
Y teniéndote siempre presente
¡Madre, espérame en el cielo
Que a tus puertas llamé
Y tu dulzura encontré
Porque Remedios, contigo, moriré!

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