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Cabra y las Hijas de la Caridad. Una historia que comenzó en 1841
11.01.25 - Escrito por: Antonio R. Jiménez-Montes
Las hijas de la Caridad llegan a nuestra ciudad en 1841 para hacerse cargo del Hospital de Beneficencia Municipal que recogía los suprimidos hospitales que hubo en Cabra y que se cerraron a causa de la Desamortización unos años antes.
Su expansión por España no había llegado aún a Andalucía. Así la primera casa de las Hijas de la Caridad se establece en 1830 en Cádiz. Llegan a Sevilla en 1838 y por tanto Cabra es la tercera localidad en la que se establecen en Andalucía. Su expansión por el resto de nuestra comunidad y por Hispanoamérica llegaría en la segunda mitad del siglo XIX.
A modo de introducción, nos tenemos que situar en el contexto histórico-político y social (1). El paso del Antiguo Régimen al Sistema liberal marca importantes cambios en la protección que el Estado ofrece a sus ciudadanos. Efectivamente, la gran obra llevada a cabo por las Cortes de Cádiz en la reestructuración política, social y económica del país estuvo asociada a un plan asistencial y sanitario acorde con el pensamiento liberal. La Constitución promulgada en 1812 establece en su artículo 321 que los Ayuntamientos serían los encargados de "cuidar de los hospitales, hospicios, casas de expósitos y demás establecimientos de beneficencia bajo las reglas que se prescriban"; y el artículo 335 encomendó a las Diputaciones Provinciales la responsabilidad de "cuidar de que los establecimientos piadosos y de beneficencia llenen su respectivo objeto, proponiendo al Gobierno las reglas que estimen conducentes para la reforma de los abusos que observaren".
La Constitución de 1812 marcaba el nuevo rumbo hacia la municipalización de la asistencia benéfica y ese camino lo continuó el Trienio Liberal por medio de la Ley de 1822. Dicha ley trazaría un plan completo en la organización de la beneficencia pública. Más tarde, el decreto promulgado en 8 de septiembre de 1836 en el que se restablecía en todo su vigor el Reglamento general de 1822 por el que la beneficencia pública quedaba bajo estricto control de las Juntas Municipales de Beneficencia, presididas por los alcaldes. Luego, en un intento de armonizar estos servicios con la Constitución imperante de 1845, sobre todo, tras la publicación de la Ley de 8 de enero de 1845 en que se promulgaron las leyes orgánicas de Ayuntamientos y Diputaciones Provinciales, se emprendió una nueva reglamentación general del sector contenido en la Ley del 20 de junio de 1849 y el Reglamento de 14 de mayo de 1852 para su ejecución. De esta manera, a mediados del siglo XIX, el Estado liberal había asumido, por medio de los poderes locales, la administración de las instituciones benéficas. La Ley de beneficencia de 1849 tuvo gran trascendencia histórica por su larga vigencia hasta el siglo XX.
¿Por qué llegan a Cabra tan pronto?
Digamos que en ese momento la supresión de las órdenes religiosas cerró los hospitales que regentaban los hermanos de San Juan de Dios, como es el caso del de Cabra. No entraremos en detalles y nos remitimos a los trabajos de distintos historiadores sobre el particular (Entre los más recientes Antonio Moreno Hurtado, José Calvo Poyato, José Luis Casas, Federico Izquierdo, Salvador Guzmán Moral, Lourdes Pérez Moral y Antonio R. Jiménez Montes junto a otros de más antigüedad)
Tras la desamortización de 1835 se suprimen los hospitales de Jesús Nazareno (Escuela de Cristo) (2) y de san Rodrigo (Hermanos de san Juan de Dios). También se suprimen los conventos de Santo Domingo y San Martín (dominicos y dominicas) y los dos de Franciscanos, San Francisco de Paula y Capuchinos.
Se unifican en una Junta municipal de Beneficencia los dos hospitales y demás patronatos que existían con anterioridad. La fecha definitiva, entre el 19 de enero y el 5 de febrero de 1837. Hace 180 años. Y se ubican, todos reunidos, en el exconvento de Santo Domingo. Como anécdota el historiador local Fulgencio María de Heredia en su obra Memoria del hospital de beneficencia en Cabra, dice: "Así fue convertido en hospital aquel convento cuyos moradores, 247 años antes se opusieron a que no lejos de él fundasen hospital los frailes de San Juan de Dios".
Tras un comienzo vacilante, la Junta de Beneficencia decide encomendar el hospital a la compañía de las Hijas de la Caridad que, como hemos visto, ya tenía buena fama en todas sus actuaciones tanto en España como fuera de ella.
El 24 de enero de 1841 se firma escritura pública en Madrid, ante el notario Ángel María Cabolugo por la que la Junta de Beneficencia municipal de la Villa de Cabra, tiene resuelto para llevar mejor los deberes de su instituto, trasladar a ella cinco hermanas de san Vicente de Paul las cuales se han de encargar de la asistencia de los pobres enfermos y del gobierno económico del hospital de beneficencia de aquella villa".
En la escritura, firmada entre Miguel Gros como director de las Hijas de la Caridad "en los dominios de España" y José Ramón Merino, cura de la parroquial del Buen Retiro de Madrid, que actuó como apoderado de la Junta de Beneficencia de Cabra, se estipulan también las condiciones en las que ha de establecerse el convenio que permitirá a las Hijas de la Caridad llegar a Cabra y hacerse cargo del hospital.
Entre las estipulaciones destacan los siguientes puntos:
1- Se respetará la observancia de sus reglas a las Hijas de la Caridad, sin que pueda obligárselas a variarlas o modificarlas, dependiendo en este asunto exclusivamente de los responsables de la compañía, delegados o visitadores, con libertad de traslado, nombramiento de cargos, etc.
2- Las Hijas de la Caridad deberán observar las ordenanzas o reglamentos que se establezcan para el hospital, salvo las que se opusieran a sus reglas.
3- En lo tocante a lo temporal del establecimiento dependerán de los jefes superiores del mismo, no de ningún subalterno, sea sacerdote o seglar. O en su caso lo que dispusiese la Junta.
4- La superiora habrá de actuar conforme a los reglamentos del establecimiento y órdenes de sus jefes.
5- La superiora será la encargada de distribuir los encargos y oficios de las hermanas, según la conveniencia de los trabajos a realizar.
6- Las órdenes que se dieran a las hijas de la Caridad tendrían que comunicarse por escrito. Si hubiera alguna verbal, tendría que hacerse por los jefes a la superiora "que es la sola responsable, y de quien única y exclusivamente dependen las hermanas"
7- Si hubiera que reprender a alguna hermana, lo jefes tendrán que hacerlo por medio de la superiora. "Aunque sea verdaderamente culpable, jamás podrán los jefes reprenderla en público, ni delante de la familia, u aún en presencia de las hermanas, sino que la reprensión deberá hacerse a solas"
8- Como habría supervisión de los jefes del establecimiento, no podrán estos responsables, revocar las instrucciones que diese la superiora para el orden del establecimiento.
9- Se entregarán las limosnas de los cepos que recibieran las Hijas de la Caridad para el establecimiento a los jefes de la Junta, salvo las que expresamente fueran donación a la comunidad o para el cuidado de algunos enfermos determinados del establecimiento, a los que se destinarán preferentemente y de no poder aplicarse se intentará que se donaran al establecimiento.
10- Se entregarán a la superiora las llaves por duplicado de todas las dependencias del hospital, así como inventario de su contenido del que tendrá que responder.
11- Igualmente, las llaves de las puertas de salida y entrada.
12- La entrada del público se limita a determinados días y horas.
13- Salvo los facultativos y eclesiásticos, todos los dependientes del establecimiento lo serán de la superiora.
14- Será de cargo de las Hijas de la Caridad de ornamentos y otros enseres de la sacristía, poniéndose de acuerdo con el sacristán.
15- "Gobernarán las hermanas por sí mismas la cocina de la comunidad y establecimiento pero podrán admitir algún sirviente para la conducción del agua y para otros trabajos penosos"
16- Se entregarán por adelantado los gastos semanales a la superiora.
17- Los granos, harinas, legumbres, carnes y pescado .. estarán a cargo de la hermana despensera, pero deberá tener instrucción precisa de lo que hacer.
18- Todo lo que hay en el almacén estará a cargo de las hermanas, debiendo preparar los paños de lino, lana y algodón para lo que se precise.
19- Del almacén se dará cuenta por la superiora igual que de la despensa.
20- Como se les encarga también la ropa blanca y vendajes, se les indica que han de tenerlo todo previsto por si "algún incidente llenase el establecimiento de enfermos más de lo ordinario".
21- La hermana encargada de la oficina de lencería, presentará inventario anual o mensual detallada.
22- Si las hermanas no pudieran "por ahora" hacerse cargo de los libros la junta tendría que poner un individuo que llevara esa comisaría y cargo, tanto que las hermanas puedan encargarse.
23- Para la colada, si las hermanas libremente quisieran hacerlo podrán, pero sino tendrán personal que se encargue de esta tarea
24- Estarán obligadas a cumplir puntual y exactamente, todas las obligaciones de los diferentes empleos "pero si después de satisfacer estas les quedase algún momento, que pueden justamente exigir, sea para sus ejercicios espirituales o bien para el moderado recreo que les permitiesen sus reglas ... sin que hayan de dar cuenta de las labores que puedan hacer"
25- Se podrán reformar los estatutos de acuerdo con la Junta de Beneficencia y el director de las Hijas de la Caridad.
26- La junta pagaría los gastos de viaje de Madrid a Cabra, así como los que tuvieran que hacer para reemplazarlas
27- En principio serán cinco hermanas
28- Dispondrán de una decente habitación separada de lo restante con puertas.
29- De todo lo que haya y pueda haber se hará inventario
30- El establecimiento habrá de renovar mobiliario y enseres cuando sea necesario.
31- Si las hermanas compran algo sería de la comunidad y no del hospital.
32- Se autorizará y dispondrá que haya misa diaria
33- Se sufragarán los gastos de las hermanas por parte de la Junta de Beneficencia.
34- Se describe lo que reciben para alimentarse (no lo recogemos por extenso)
El resto de cláusulas, hasta la 45ª, recogen distintas cuestiones de organización y régimen interno y funcionamiento que no podemos recoger aquí. Terminan diciendo "esta contrata empezará a regir desde el día en que llegadas dichas cinco hermanas se encarguen en debida forma de su gobierno del hospital de la Villa de Cabra".
Cuando llegan se les entrega inventario con fecha 9 de febrero de 1841 y poco a poco se va desarrollando su labor de manera satisfactoria en el hospital desarrollan su labor, por lo que pronto se aumenta el número de hermanas que llegan a ocho.
En la prensa posterior y en las distintas referencias que encontramos en las actas de la Junta de Beneficencia, parece que la labor de las Hijas de la Caridad es ejemplar. El único requisito para ser atendido, según el reglamento de 1893, era la pobreza y residir en el término de Cabra. En distintos medios de la época (El Semanario de Cabra, La Voz del Pueblo, El Pueblo, La Opinión...) encontramos alusiones que hablan de la caridad, del hospital de las Hijas de la Caridad, de la atención y labor que realizan.
De finales del siglo XIX destaca un cuadro de Picasso, "Ciencia y Caridad" en el que el genial pintor retrata una estampa inmortalizando la labor de las hijas de la Caridad, pues una de ellas queda reflejada en su labor. Es la época del realismo social que la pintura hospitalaria mostraba con la pretensión de difundir las preocupaciones de las clases acomodadas en relación con los avances social, científico y cultural.
Y de nuevo hemos de hacer referencia al papel profesional de sus trabajos. Lo que podemos comprobar en distintas publicaciones en las que se pone de manifiesto por un lado que las hijas de la Caridad han llevado la organización de los hospitales y la atención a pobres y enfermos desde mediados del siglo XVII (en España a finales, en Cabra a mediados del XIX) y lo han hecho hasta finales del siglo XX, estando en otras muchas formas de presencia en nuestros días.
Su papel en la beneficencia y en los hospitales de España es destacada y los numerosos reconocimientos a nivel local, provincial y autonómico quedaron resumidos en la concesión del Premio Príncipe de Asturias a la Concordia en 2005 por su trayectoria de excepcional labor social y humanitaria en apoyo de los desfavorecidos, pobres y enfermos.
En un ambiente hospitalario como el de hoy, donde se consiguen tantas victorias sobre la naturaleza y sobre la muerte, donde la inteligencia humana hace retroceder cada día los límites de lo imposible, el enfermo tiene imperiosa necesidad de otra cosa. Necesita atención" (Guillemin S. 1969) Así las hijas de la Caridad no solo se mantienen al día en esas conquistas y en las de la enseñanza, sino que, sin ceder al atractivo de la ciencia por la ciencia, conservan un estilo propio que es el servicio, vehículo del amor.
En La Opinión encontramos un artículo firmado por El duende azul que dice: "para las santas mujeres que con el nombre de hermanas tan lindamente atienden la misericordia, obra a que se dedican, también tenemos justos elogios porque todas cumplen con los deberes que sus cargos imponen" (nº 257 11 marzo 1917). Y así se vuelve a percibir el carisma. No basta con hacer el bien, sino que hay que hacerlo bien.
LABOR EDUCADORA DE LAS HIJAS DE LA CARIDAD EN CABRA
A lo largo del siglo XIX junto al hospital comenzaron también a enseñar en el colegio Niño Jesús de Praga que estaba en las mismas instalaciones. Digamos que los decretos de supresión de comunidades religiosas nunca afectaron en España a las Hijas de la Caridad por lo que su labor no se vio interrumpida en nuestro país por esta causa.
En La Opinión de los primeros años del siglo XX encontramos referencias expresas que hablan de las Hijas de la Caridad, señalando que atendían el hospital y daban clase en la escuela Niños Jesús.
No me quiero extender mucho más puesto que ya conocemos de primera mano la labor e historia del Colegio Niño Jesús (sobre todo por el reconocimiento como institución Colegial de Honor que le entregó la fundación Aguilar y Eslava cuyo enlace se incluye más abajo y a cuyo texto me remito)
De aquellos años de educación egabrense durante el primer cuarto del siglo XX, la llamada Escuela del Niño Jesús de Praga regentada por las Hijas de la Caridad y ubicada en el antiguo convento de Santo Domingo, procuraba la educación primaria a muchos niños y niñas de Cabra. La Fundación Escolar Termens sucedería en el tiempo, a otros establecimientos docentes del siglo XIX como la Escuela de la Obra Pía, la Escuela de la Sociedad de Amigos del País y la Escuela Normal.
Dicen que la Vizcondesa de Termens cuando se estableció definitivamente en Cabra, era una de las benefactoras del hospital y de las Hijas de la Caridad, cuya labor también había conocido en otros lugares. Y que cuando veía las condiciones de aquella vieja escuela decía que tendría que hacer algo para cambiarlo.
Así fue surgiendo el proyecto de Grupo Escolar Termens que finalmente se redactó en 1930 y que se iba a construir en una huerta que a tal efecto adquirió doña Carmen Jiménez Flores. Quiso su fundadora que fuera en beneficio de los más humildes y para ello costeó la obra y destinó la renta futura de un capital fundacional.
El periódico local "El Popular" publicaba el 3 de diciembre de 1930 un artículo sobre el comienzo de las obras en la Fundación Escolar Termens, en él se relatan las razones que llevaron a doña Carmen Giménez a emprender esta empresa: " (...) Un día, una distinguida dama egabrense visitaba, en una de sus constantes muestra de caridad y amor al desvalido, nuestro hospital de beneficencia particular, y como tantas otras veces prodigó el consuelo a los desgraciados, entregándole al mismo tiempo donativos y obsequios. Había recorrido sus dependencias. Había visto su marcha y sus necesidades. Había visto su escuela, donde la caridad de las madres, llevaba la enseñanza a multitud de niños. Y había oído también de labios de aquellas monjitas que con todo amor se consagraban al cuidado del niño, frases amargas, tristeza dolorosa, de las amenazas que se cernían sobre aquella misión cultural. (...) Y la dama que consoló a los enfermos en su dolor, consoló a las monjitas en su tristeza. Tendréis unas escuelas modelo, fue la frase rotunda y prometedora que en aquella entrevista pronunció la ilustre visitante Vizcondesa de Termens. ... Y la palabra de la Vizcondesa se cumplió. El lunes pasado, artistas egabrenses comenzaron la tarea de levantar la obra que será gigantesca más que por la materia por el espíritu que la anima. Sobre un huerto, adquirido expresamente para este objeto la gracia florentina de un arquitecto ilustre, D. Enrique Daverio, ha trazado los planos de esta fundación admirable. De dos pisos constará el edificio. En planta baja se construirán pedagógicamente las aulas, y al decir pedagógicamente huelga decir que estarán dotadas de lo que se preceptúa en cuanto a ventilación y mobiliario por la pedagogía moderna. En la misma planta los lavabos y servicios sanitarios; la dirección, dependencias auxiliares y la capilla y panteón de la fundadora, donde más predomina el sabor al estilo florentino. Y en la planta alta las dependencias particulares de las Monjas. Y junto a ello, en jardines y en parques de recreo para niños y niñas, la canción del agua que rimará con la canción de gratitud de los que, por impulso generoso de la dama ilustre, recibirán el sagrado pan del saber..."
En el edificio principal se construyó una capilla donde se instaló el Mausoleo que la propia Vizcondesa de Termens encargó al insigne escultor Mariano Benlliure y que se levantó originalmente en el Cementerio Municipal, de donde se trasladó en 1931.
El periódico local "La Opinión" informaba así sobre la bendición de estos nuevos grupos escolares, que se inauguraron el 16 de julio de 1934, después de superar una gran cantidad de trabas administrativas: "(...) se llevó a efecto con gran solemnidad, la bendición de los Grupos Escolares que, para niños pobres, ha fundado en esta ciudad la Excma. Sra. Dª Carmen Jiménez Flores, Vizcondesa de Termens. Aludida ceremonia y la primera Misa, estuvo a cargo del Rvdo. Padre Adolfo Tovar, Visitador de los PP: Paúles y de las HH: de la Caridad.".
En el contrato se acordaba que las Hijas de la Caridad se establecen en Cabra para encargarse de unas escuelas gratuitas. En este documento se hace donación del colegio a perpetuidad a la congregación de las Hijas de la Caridad de España, quienes la regentaran, contando, por los menos con cuatro Hermanas, teniendo dos de ellas el título de Maestra.
En sus 90 años, la historia de La Fundación Termens se podrían dividir en dos etapas: Una primera etapa que va desde su apertura en 1934 hasta 1972, y que se dedicaría a la educación Primaria. Una segunda etapa desde los años 70 hasta hoy, comprometida con la educación Especial.
En aquel primer periodo dedicado a la enseñanza Primaria, pasaron por sus aulas más de 2000 alumnos y alumnas, de los cuales muchos accederían al finalizar sus estudios al Instituto Aguilar y Eslava. Son muchos los alumnos, que recuerdan (que recordamos) el paso por el Colegio de Termens.
El primer colegio del Niño Jesús, que se ubicaba en el antiguo Convento- Hospital de San Juan de Dios se legalizó en el año 1916, convertido en Fundación Escolar Termens en los años 30 fue declarado de carácter Benéfico Docente en 1940, y recibiría por primera vez una subvención pública a partir de 1944.
En los años 70, con la creación de otros colegios públicos y el consiguiente descenso en el número de alumnos, se produjo un cambio inesperado en el rumbo del Colegio de Termens.
Como ellas mismas comentan, el año 1972 fue un año de grandes y fuertes experiencias. De sufrimiento por una parte porque el Colegio que había educado a tantos egabrenses, cerraba sus puertas; y de gozo, porque se abrían a una nueva y distinta misión educadora: la educación especial.
Un nuevo reto educativo, tan necesario y demandado en esta comarca y para el cual se movilizaron muchos egabrenses, como ellas reconocen: sensibles a la justicia social y a la igualdad de derechos, quienes plantearon a la comunidad la posibilidad de iniciar esta nueva singladura.
En Cabra y su comarca, se venían detectando una nueva y cruda realidad, la existencia de un número importante de niños y niñas con necesidades educativas especiales. Discapacidades físicas y psíquicas que mantenían a muchos niños ocultos en sus casas y sin ninguna posibilidad de aprendizaje, ni de integración.
Coherentes con el carisma Vicenciano, se embarcaron en una aventura educativa, en la que desde el principio sintieron la fuerza, la presencia y el amor de Dios. En un constante esfuerzo por su preparación y formación han luchado denodadamente por mantener la competencia y calidad de un centro especializado. De nuevo, como a san Vicente o a santa Luisa, aquella realidad les tocó el corazón y se preguntaron ¿qué se puede hacer? Y se pusieron manos a la obra consiguiendo esta realidad que han desempeñado hasta el pasado curso las Hijas de la Caridad y toda la comunidad educativa del Colegio Niño Jesús de la Fundación Escolar Termens (3).
La Fundación Escolar Termens, como escuela católica vicenciana, se inspira en el magisterio de Vicente de Paúl, y basan sus esfuerzos en la integración social de los alumnos, la sensibilización por los necesitados y la valoración del saber como medio para servir mejor a los demás.
PROMI
No podemos dejar atrás la importancia de las Hijas de la Caridad como germen de lo que hoy es PROMI, punta de lanza de la integración de las personas con discapacidad que junto al Colegio Niño Jesús llevan trabajando casi medio siglo desarrollando aquella idea en pro de los "subnormales". Muy pronto nos enseñaron que no nos gusta esa palabra para hablar de las personas que tienen necesidades especiales.
La labor de las Hijas de la Caridad fue determinante. Primero apostando por la creación de un colegio de educación especial en 1972. Luego constituyendo la asociación PROMI en 1976 (firmaron la constitución el obispo Cirarda, Sor Guadalupe Rivas en nombre de las Hijas de la Caridad y Manuel Arrabal en nombre de Cáritas Interparroquial.
Cada sonrisa de Termens, cada solución difícil, cada gestión comprometida en ese centro especial, orgullo de los egabrenses, lleva el armazón oculto, la rúbrica invisible de esta comunidad de hijas de la Caridad que consume los días y las noches de los que menos tienen (4)
Si la prensa local se había hecho eco de la importancia de construir un nuevo centro y con las características que tenía el Colegio Niño Jesús, no menos pasa con la Asociación PROMI en la que también tuvo un papel destacado la antigua Asociación de Cabezas de Familia, con la figura de Juan Pérez Marín a la cabeza.
La constante referencia a las inquietudes de tipo social y asistencial y la "ayuda incalculable de las Hijas de la Caridad de san Vicente de Paul" fueron destacados por autoridades locales y provinciales, civiles y eclesiásticas. En una de las celebraciones del Día del Subnormal, que solía tener lugar en el salón de actos del nuevo Colegio Niño Jesús, recordamos las palabras de la superiora (Sor Enriqueta Cifré): "Lo conseguido ha sido debido a la existencia de tres almas: la primera, el Espíritu de Dios que ha inspirado todo lo que nos rodea; la segunda al ver las Hijas de la Caridad a Cristo en los pobres y, en este caso, en los minusválidos; y tercera, la entrega total a esta labor de Pérez Marín, Rueda Nogueras, Díez Díez, la asociación de cabezas de familia, Cáritas, la iglesia de Santo Domingo y colaboradores y a todo el pueblo de Cabra".
El legado de doña Aurora Camacho fue también, en parte, destinado por el obispado para las obras tanto del colegio como de PROMI. Pero no haremos más extenso esta referencia a PROMI pero no podíamos dejar pasar que surgiera gracias a las Hijas de la Caridad, a Cáritas y a la presencia del Colegio Niño Jesús, con su posterior evolución y desarrollo.
"Utopías de Termens", tituló La Opinión la noticia en la que se hablaba del inicio en la fundación, de una "andadura distinta para que, como no hace mucho nos decía Antonio Gala, los improductivos empiecen a dar su fruto. Treinta y cuatro adultos deficientes mentales, cargados de la ilusión que supone después de tantos años marginados poder demostrar sus habilidades, empiezan a trabajar" y terminaba diciendo "nuestro deseo es informar de que la obra asistencial de Termens sigue adelante convirtiendo en realidad ese programa ambicioso de asistir al subnormal desde que nace hasta que se muere". (5)
El carisma vicenciano y las Hijas de la Caridad, de nuevo en el trasfondo de esta importante labor que marcó un antes y un después en la atención y educación especial no solo en Cabra, sino que podríamos decir en toda España e incluso en el extranjero.
En el año 2021 el Ayuntamiento de Cabra otorgó a la Fundación Termens el Premio a la Solidaridad en su 24ª edición reconociendo así esta labor de la comunidad de las Hijas de la Caridad en el Colegio de Educación Especial Niño Jesús desde 1972.
Previamente, en el 75º aniversario del inicio de la fundación y el Colegio Niño Jesús, fueron distinguidas como institución «colegial de honor» de la Fundación Aguilar y Eslava» en los actos de la Purísima de 2009. En 2014 se les entregó la Almena de Plata por la asociación Cabra Digital.
En el año 2024, tras una presencia continuada en Cabra desde 1841, las Hijas de la Caridad abandonan nuestra ciudad (6) y su comunidad es trasladada a la vecina localidad de Baena, donde continúan con su labor en la residencia de ancianos Divino Maestro. El Colegio Niño Jesús y la Fundación Termens se han integrado al inicio del curso 2024-2025 en la Fundación Diocesana de Enseñanza Santos Mártires de Córdoba, recogiendo el testigo de las Hijas de la Caridad y continuando así con la labor de atención y educación especial de menores con diversidad funcional.
El sábado 11 de enero de 2025, se celebró una eucaristía de acción de gracias por todos los años de presencia y trabajo, de constancia y caridad que las Hijas de la Caridad, las «monjas de Termens» han dejado como estela luminosa en medio de su humildad y discreción, haciendo de su lema de vida «servir a los más vulnerables desde una concepción cristiana de la persona, de la vida y del mundo» una misión llena de esperanza para mejorar la vida de las personas. Ese espíritu de humildad, sencillez y caridad, que conforma el carisma vicenciano, ha sido un ejemplo para muchos de los que hemos pasado por Termens y recibimos su educación y su enseñanza, pero es un testimonio perenne para toda la ciudad de Cabra y los lugares a los que ha llegado su misión «impulsada por el amor de Cristo» y con un servicio «que se dirige a la persona en todas sus dimensiones humanas y espirituales».
Gracias, millones de gracias por todo este tiempo de servicio y testimonio que comenzaba allá por los días finales de enero 1841, que se consolidó en julio 1934 y que ha llegado hasta este 2024, permaneciendo ya para siempre en la memoria e historia de Cabra.
(1) Breve historia de los establecimientos benéficos en Sevilla desde su fundación hasta 1900 María del Carmen GIMÉNEZ MUÑOZ en HISPANIA NOVA, número 6, 2006
(2) Jiménez Montes, A.R., La Santa Escuela de Cristo y su Hospital de Jesús Nazareno de Cabra (Córdoba), en Aranda Doncel, J. (coord..), ACTAS del congreso internacional Cristóbal de Santa Catalina y las cofradías de Jesús Nazareno, VOL. II, pp. 905-911, Córdoba, 1991.
(3) Centro privado concertado con 7 aulas de Educación Básica Especial donde se atiende a alumnado autista, pluridiscapacitados y discapacitados psíquicos; 2 unidades de Formación a la Transición a la vida adulta y Laboral. El número total de alumnos que atiende la Fundación Escolar Termens ?Colegio de Educación Especial Niño Jesús, oscila entre 65 y 70 alumnos por curso. Y su procedencia abarca toda la comarca y también de otras provincias. Cuentan con servicio de transporte escolar y de Comedor. Todo el personal del Centro educativo está cualificado profesionalmente y cuentan con profesores terapeutas, psicólogos, fisioterapeutas, Logopedas, educadores, monitores. Otro aspecto destacable de trabajo educativo en la Fundación Termens, es el que se desarrolla en la actualización y adaptación de medios técnicos a las prácticas educativas especiales. Coordinados por un técnico informático, un psicólogo y los diferentes equipos docentes, se diseñan o adaptan tecnologías que facilitan la comunicación, movimientos, control y la estimulación del alumnado. Desde el curso 2024-2025 se ha adscrito a la Fundación Diocesana de Enseñanza Santos Mártires de Córdoba.
(4) EL EGABRENSE junio 1976, en Mujeres de Hoy, Sor Esperanza Gomáriz Mellado. Nosotros lo hacemos extensivo a toda la comunidad de Hijas de la Caridad.
(5) Artículo de J. Pérez Marín, octubre de 1976 en La Opinión
(6) Artículo de S. Guzmán Moral en Diario Córdoba, del 10 de enero de 2025, «Adiós a las monjas de Termens»
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