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"Atrévete a ser misionero"
27.01.18 - Escrito por: Demetrio Fernández, obispo de Córdoba
El último domingo de enero la Iglesia quiere recordarnos que los niños también pueden ser misioneros, quiere hacer que los niños ayuden a los niños en esta preciosa tarea de anunciar el Evangelio a todas las gentes. Celebramos la Jornada de la Infancia Misionera, este año con el lema "Atrévete a ser misionero".
La Infancia Misionera es una Obra del Papa, que promueve la ayuda recíproca entre los niños del mundo. Cuántas oraciones han brotado del corazón de un niño cristiano, pidiéndole a Jesús que todos los niños del mundo le conozcan y puedan disfrutar de la amistad con Jesús. La oración de los niños ha sostenido y sigue sosteniendo la gran empresa misionera de la Iglesia por todo el mundo.
Y, además de la oración, muchos niños se van haciendo conscientes de la necesidad de esta ayuda, materializada en proyectos concretos de desarrollo y de evangelización. El año pasado esta Obra del Papa recaudó casi 17 millones de euros, que envió a casi tres mil proyectos por todo el mundo. Proyectos de alimentación, ropa, salud y educación escolar, además de proyectos de catequesis e iniciación cristiana. En España, fueron casi tres millones de euros de los que se beneficiaron 570.000 niños de todo el mundo. Tengamos en cuenta que las aportaciones de los niños son pequeñas. Por tanto, esa recaudación proviene de muchísimos niños en España y en el mundo, de muchísimos niños que sienten esta inquietud misionera, que va educándoles desde niños.
Promovamos en nuestro entorno esta mentalidad misionera desde niños. La oración de los niños tiene una fuerza especial ante Dios. Y al orar por las misiones, por los misioneros, por los niños del mundo entero, los niños cristianos aprenden a valorar el gran regalo de la fe, aprenden a compartir y, por amor a Jesús, aprende a desprenderse de sus chuches para ayudar a otros niños que no tienen nada, que no conocen a Jesús.
La dimensión misionera de la Iglesia es una dimensión esencial de la misma. Lo hemos dicho tantas veces. Haber recibido el don de la fe debe llevarnos a compartirla con quienes no la tienen, si nosotros la consideramos un precioso tesoro. Ojo, que no se trata de ningún proselitismo, no se trata de llevar a nuestro terreno a otros que están ajenos Se trata de proponer abierta y claramente que nos hemos encontrado con Jesús y deseamos que otros se encuentren con él. Así se ha transmitido la fe desde el principio. Cuando el apóstol Andrés se encontró con Jesús, él a su vez se lo transmitió a su hermano Pedro, "y lo llevó a Jesús" (Jn 1,42). Proponer a Jesús, crear las condiciones y el ambiente para ese encuentro. Esa es la tarea misionera.
Y no sólo hemos de dirigirla a los que están lejos de nosotros. Un niño ?y un adulto- está llamado a ser misionero también con los de su entorno. Cuántos niños convencen a sus propios compañeros para hacer el bien. Es frecuente que algunos que no están bautizados deseen bautizarse porque se han encontrado con algún niño de su edad y han hablado de ello. Y es más frecuente todavía que un niño de catequesis arrastre a sus padres, quizá alejados de la práctica religiosa, y los lleve de nuevo a los sacramentos. Lo normal es que sean los padres los que transmiten la fe a sus hijos, pero es cada vez más frecuente que sean los hijos lo que atraen a sus padres a la fe.
La Infancia Misionera no se reduce solamente a los niños cristianos que se preocupan de los demás niños del mundo. En esta Jornada dirigida a los niños la Iglesia quiere suscitar en los niños todos estos nobles sentimientos, para que aprendan a ser misioneros ya desde niños. Hay ejemplos en la historia muy bonitos, darlos a conocer a los niños. Los niños tienen especial capacidad de sintonizar con el misterio y de ser evangelizadores, hoy más que nunca.
Recibid mi afecto y mi bendición:
Demetrio Fernández, obispo de Córdoba.
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