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Cultos de la Vera Cruz en la fiesta de la Exaltación de la Cruz
13.09.20 - Escrito por: Redacción
La Archicofradía de la Santa Vera Cruz celebra la fiesta de la Exaltación de la Cruz este lunes 14 de septiembre, con una misa en la iglesia de san Juan Bautista del Barrio del Cerro, que tendrá lugar a las siete de la tarde.
Para esta fiesta, en la que la Iglesia celebra la Exaltación de la Santa Cruz "en la que se muere para vivir; para vivir en Dios y con Dios, para vivir en la verdad, en la libertad y en el amor, para vivir eternamente", como dijo alguna vez San Juan Pablo II, la decana de las cofradías egabrenses ha montado un altar extraordinario en honor a su titular, la Vera Cruz, a la que rinde veneración desde los primeros años del siglo XVI, en la que podemos ver la antigua "Cruz de los Novios" que representa el Santo Árbol de la Cruz, en el presbiterio de la iglesia del Cerro, siendo la primera celebración que tiene lugar tras la elección del nuevo hermano mayor Francisco J Gómez Arroyo.
La misa será oficiada por José Antonio Jiménez Cabello consiliario de la Archicofradía y será a las 19:00h en la Iglesia de San Juan Bautista del Cerro y se deberán cumplir todas las normas higiénico-sanitarias que hay establecidas.
LA FIESTA DE LA EXALTACIÓN DE LA CRUZ
En el siglo IV, la emperatriz Santa Elena encontró el madero en que murió Cristo Redentor. Sin embargo, en el 614 la Cruz fue tomada de Jerusalén por los Persas como trofeo de guerra.
Más adelante, el emperador Heraclio la rescató y el madero retornó a la Ciudad Santa un 14 de septiembre de 628. Desde entonces se celebra litúrgicamente esta festividad.
Al llegar de nuevo la Santa Cruz a Jerusalén, el emperador dispuso acompañarla en solemne procesión, pero vestido con todos los lujosos ornamentos reales, y de pronto se dio cuenta de que no era capaz de avanzar.
Entonces el Arzobispo de Jerusalén, Zacarías, le dijo: "es que todo ese lujo de vestidos que lleva, están en desacuerdo con el aspecto humilde y doloroso de Cristo, cuando iba cargando la cruz por estas calles".
El emperador se despojó de su manto de lujo y de su corona de oro, y descalzo, empezó a recorrer así las calles y pudo seguir en la piadosa procesión.
Para evitar nuevos robos, el Santo Madero fue dividido en varios pedazos y repartidos a Roma y Constantinopla, mientras que un tercero se quedó en Jerusalén en un hermoso cofre de plata. Otro se partió en pequeñas astillas para ser repartidas en diversas iglesias del mundo, las cuales fueron llamadas "Veracruz" (verdadera cruz).
En la vida de los santos se narra que San Antonio Abad, al ser atacado por terribles tentaciones del demonio, hacía la señal de la cruz y el enemigo huía. Desde ese tiempo, se dice, que se hizo costumbre el hacer la señal de la cruz para librarse de males.
Otro hecho de lo poderoso y sagrado de este signo lo mostró la Santísima Virgen María, quien al aparecerse por primera vez a Santa Bernardita y al ver que la niña quiso santiguarse, nuestra Señora se persignó muy despacio para enseñarle que es necesario hacerlo calmadamente y con más devoción.
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