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Y Doña Mencía. Sí, parecía imposible. Pero fue cierto. Numerosas personas aguardaban la llegada de la imagen peregrina de la Sierra, tanto a la entrada a Doña Mencía, con un nutrido grupo de caballistas que suelen acompañar a la Virgen en su bajada o subida al Santuario y que quisieron ir tras ella en su pueblo. El retraso de casi dos horas sobre el horario previsto, no impidió que las calles de la vecina y hermana localidad valeriana estuvieran llenas de gente, lo mismo que el templo parroquial de Consolación donde presidía el altar la imagen de San Pedro, mártir de Verona, patrón de Doña Mencía.
La gente esperaba con ilusión a la Virgen que venía a otro de los lugares de nuestra comarca en los que se la venera como propia, "ya viene la Virgen", se escuchaba entre el gentío cuando se intuía la llegada del altar móvil en el que está recorriendo estas jornadas. Y arrancaron los aplausos, los vítores, los vivas bajo la Bandera al redoble del Tambor, cuando llegó finalmente la Virgen de la Sierra por la Avenida Doctor Fleming. Hasta los invitados de una boda en el hotel de la entrada salieron a verla pasar. Repleta de devoción y cariño, con muestras indelebles de los corazones de sus hijos prieguenses, luqueños, zuhereños y mencianos, junto a un buen número de egabrenses que también se acercaron a verla llegar.
Se desbordó la emoción entre todas las personas congregadas, con especial intensidad en algunos paisanos nuestros que tienen su casa y su vida en Doña Mencía. Llanto contenido que no pudo dejar escapar lágrimas, aplausos y cantos, vítores y aclamaciones no dejaron de acompañar a la Virgen durante todo el recorrido de la procesión por la calle Granada de Doña Mencía, con altares, engalanada para la ocasión y una impresionante lluvia de pétalos al llegar a la plaza del Ayuntamiento, donde se vivieron escenas de gran emoción cuando los hermanos Egea, interpretaron, como había pasado antes en Zuheros, unas preciosas sevillanas con referencias a la visita de la Virgen a Doña Mencía en el estribillo que entusiasmaron a nuestros vecinos mencianos.
Y llegó a la puerta de la parroquia, que esperaba ansiosa la llegada de la Celestial Viajera. Entró cercanas las once de la noche con un intenso repique de campanas que no cesó desde que la Virgen se acercaba por la calle García Lorca. Acompañada por la alcaldesa de Doña Mencía Juana Baena y otras autoridades locales, entre los que pudimos ver a Pepe Aceituno; también del alcalde de Cabra, Fernando Priego; junto al arcipreste y rector del Santuario, Zacarías Romero y el vicario general de Córdoba, Jesús Poyato y las hermandades mencianas con estandartes y representaciones que abrían el cortejo tras la Bandera y el Tambor de la Virgen de la Sierra que no ha faltado en toda la jornada.
Tras la celebración de la misa y la entrega de los recuerdos de rigor, la Virgen de la Sierra volvía a Cabra donde la esperaban muchas personas en las puertas de las Agustinas Recoletas, que la iban a acoger en la noche del 20 al 21 de junio. La espera se hizo larga pero todos los congregados querían ver a su Patrona llegar en esta histórica y sorprendente visita a nuestros queridos pueblos vecinos, pues las muestras de devoción desbordaron todo lo imaginado previamente. Las cofradías del monasterio, Pollinita, Angustias y Perdón, esperaban con sus estandartes y representantes en las puertas del antiguo cenobio de las Religiosas Agustinas de Cabra, con un ramo de rosas blancas para ofrendar a la imagen de la Virgen.
Sobre las dos de la madrugada la Virgen de la Sierra, entraba entre aclamaciones y aplausos y los vivas de su emocionado pueblo, en la Iglesia de las Angustias de las RRMM Agustinas Recoletas, monasterio que ha albergado a la venerada imagen hasta el inicio de un nuevo peregrinar que llevará hasta Córdoba a la Palomita de la Cueva, Orgullo de los pueblos y Devoción de la comarca, como rezaban muchas de las aclamaciones que se lanzaron con fervor a lo largo de todo el sábado.
En la jornada de este domingo la Virgen de la Sierra, tras la misa en las Agustinas, que ha presidido Zacarías Romero y que ha contado con la presencia de los párrocos de los Remedios, Rafael Castro y de San Francisco y San Rodrigo, Francisco Ramírez, así como la de las religiosas de las comunidades con casa en Cabra - Escolapias, Hijas de la Caridad, Franciscanas de la Natividad de la Virgen y Hermanitas de Santa Teresa Jornet, junto a las Agustinas - recorrerá Nueva Carteya y Espejo, para entrar en la ciudad de Córdoba y hacerlo desde la plaza de Santa Teresa por el Puente Romano, hasta llegar a la Trinidad, donde permanecerá toda la semana hasta la Regina Mater del próximo sábado 27 de junio.
En el altar de la Inmaculada, pudimos ver la imagen del Señor de la Pollinita estaba expuesto a la veneración de los fieles, que así lo hacía junto a la Virgen de las Angustias que preside el retablo y el Cristo del Perdón en su capilla frente al coro de las monjas.
En la homilía de la misa de despedida de esta mañana, el rector del Santuario, Zacarías Romero, con sentidas y emocionadas palabras, junto a la invitación a seguir la consigna evangélica de este domingo "pasemos a la otra orilla, a la orilla de la fe", ha puesto de manifiesto el gran gozo vivido ayer, las muestras de devoción y cariño sincero hacia la Virgen de los pueblos que recorrió y el privilegio que tenemos los egabrenses por custodiar durante tantos siglos esta venerada imagen. Pero también incidió en la importancia de compartir esta devoción centenaria que ayer volvió a ser referente del amor a la Virgen y del resurgir de un seguimiento que, por medio de ella, tantas personas hacen de Jesucristo, invitando a los egabrenses a seguir compartiendo esta devoción. "Ya que la Virgen, porque así lo ha ido fraguando la historia en nuestros pueblos, se hace presente en tantos corazones por medio de la preciosa y singular imagen de Nuestra Señora de la Sierra coronada y de todo lo que se ofrece en torno a Ella. No podemos quedarnósla solo para nosotros pues es una imagen que ha irradiado y mantiene su devoción en otras muchas personas de otros pueblos con los que compartimos tan especial veneración".
¡Viva la Virgen de la Sierra!.
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