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Hoy tiene la Virgen de la Sierra un manto de 1962. En 2012, al cumplirse el cincuenta aniversario de ese manto azul marino, nuestra Patrona entró por los Arcos de la Calle Baena así vestida, que se suele conocer como de "las palomas" por tener en sus frentes dos palomas bordadas en oro sobre el terciopelo azul marino.
En varias publicaciones hemos encontrado las referencias que nos hablan de este manto en las que se confirma que fue una "ofrenda realizada en la Romería de Votos y Promesas del año 1962 por el devoto Antonio Méndez Córdoba" y precisamente aquel año 1962, la Virgen lo estrenó el manto en la romería del 15 de agosto en el Santuario y también lo lució en la procesión del día 8 de septiembre. También ese año la Virgen estrenó los paños del trono bordados por Carmen Jiménez Durán, quien fue camarera de la Virgen hasta su muerte.
Hay algunos detalles curiosos sobre la elaboración de este manto del que tenemos datos dispersos en varias crónicas de La Opinión y que nos aportan su origen. En ellas podemos leer que el manto fue diseñado por el cofrade cordobés Manuel Mora Valle conocido como "Morita", maestro en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba y que entre su legado, está considerado como reinventor estético de hermandad de las Angustias de Córdoba, de la que era destacado cofrade. Algunas de las piezas diseñadas por Mora Valle del antiguo palio de las Angustias de Córdoba, bordado por las Adoratrices en 1937, los podemos ver en manto de vistas de la Piedad de Córdoba, de la Hermandad del Prendimiento que los adquirió en 1957 y que han sido recuperados hace años en un trabajo de Francisco Mira.
En una crónica de La Opinión del número 2150, de 17 de septiembre de 1962, encontramos los nombres de sus bordadoras: Maria Luisa Contador Frutos y Carmen Caballero Pérez, que lo hicieron bajo la dirección de la maestra Aurora Brieva. Llama la atención el lugar en el que fue bordado el manto. También tenemos el dato en La Opinón del 7 de agosto de 1962. Se dice que para Votos y Promesas "la Virgen estrenará un manto bordado en los talleres de la Junta Provincial de Protección a la Mujer de Córdoba". Nos inclinamos a pensar que este taller, que cumplía las normas morales exigidas por el organismo, era también un apoyo a las religiosas Adoratrices en sus labores de bordado que lo coordinaban en Córdoba. El hecho de conocer sus nombres y que no se las llame hermanas o "sor", indica que se trataba de mujeres que, bien por estar recluidas, o bien como externas, estarían en el citado taller.
El Patronato de protección a la mujer nació en 1941 presidido por la esposa del dictador, buscando para las prostitutas "impedir su explotación, apartarlas del vicio y educarlas con arreglo a las enseñanzas de la religión católica". Esta organización del franquismo, puso en funcionamiento juntas provinciales presididas por el gobernador civil, extendidas por toda España desde la primavera de 1942. Conservó el nombre de una institución republicana creada en 1931 si bien, en realidad supuso la creación de correccionales para mujeres allí enviadas según los criterios de los "defensores" de la virtud femenina en el periodo franquista, con evidentes elementos represores.
En algunas de estas juntas provinciales de protección a la mujer, se crearon talleres de bordado que regentaban las religiosas Adoratrices de Santa María Micaela, su fundadora, que dio nombre a los mismos. Las Adoratrices se encargaban de enseñar y supervisar los trabajos de las bordadoras recluidas en la Junta provincial de Córdoba, de cuyo taller no tenemos datos precisos.
De aquel taller salió este manto azul marino donado por el devoto Antonio Méndez Córdoba y que este día del Dulcenombre de la Virgen María, luce la imagen venerada de Nuestra Señora, María Santísima de la Sierra en su cuarto día de novena.
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