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La celebración del quincuagésimo aniversario de la creación de la Parroquia de San Francisco de Paula y San Rodrigo, en Cabra, venía organizándose desde hace meses gracias a la iniciativa de su párroco, Mario González y al equipo parroquial que colabora con él. La Penitenciaría Apostólico accedió a la petición del un Año Jubilar con indulgencia plenaria con este motivo que se iniciaba ayer, 25 de septiembre y que se prolongará hasta el 24 de septiembre de 2023 como indicaba el decreto al que el propio párroco dio lectura al inicio de la celebración con un repique de campanas por tal anuncio. En el acompañamiento musical la Capilla Coral San Juan Pablo II prestó solemnidad a la misa estacional.
La Virgen de la Sierra había llegado a su barriada por la mañana, en una popular y multitudinaria procesión que la llevó desde la Asunción recorriendo las calles de la Barriada que lleva su nombre y en la que solo está de paso cuando llega o es subida desde su santuario. Numerosos gestos de fervor y devoción llenaron de júbilo las calles de la barriada y no dejaron de verse emocionantes escenas como la que tuvo lugar con la Virgen ante el Julian «el niño del milagro» y otras muchas personas que vibraron con la presencia de la Virgen ante sus casas.
Ya por la tarde, con la venerada imagen de la Patrona entronizada en un exquisito altar en el presbiterio del templo parroquial, todo estaba preparado para el inicio del año jubilar. Expectación en la plaza José Solís, llena de personas que presenciaron la procesión con el Obispo de la diócesis, Mons. Demetrio Fernández, junto a los párrocos de la Asunción, al emérito y al actual de la parroquia de San Francisco y San Rodrigo. En un breve recorrido se dirigieron hasta el cancel del templo para proceder a la apertura de la «puerta santa» que macaba el inicio formal de la indulgencia plenaria concedida por el Vaticano.
Con el templo repleto de personas, entre las que se encontraban representaciones municipales con el Alcalde al frente, de cofradías, comunidades religiosas, entidades, grupos parroquiales y feligreses, el obispo presidió una celebración en la que se rindió homenaje a Francisco Esquinas Velasco, al que el obispo concedió la Medalla honorífica de la diócesis de Córdoba por su entrega y dedicación a lo largo de toda su vida.
Igualmente mons. Fernández tuvo palabras de elogio para el párroco emérito Francisco Ramírez Chamizo «que gracias a Dios está entre nosotros y ha sido vuestro pastor durante tantos años». Y recordó a los párrocos que han servido en la parroquia a lo largo de este tiempo desde la creación de la misma y desde la construcción del templo. Lo mismo que se sorprendió de la cantidad que gente que había visto en la plaza y que llenaba el templo. «Yo no he visto nunca a tanta gente en esta plaza en las veces que he venido, pero claro ¡es la fiesta de la parroquia y ha venido la Virgen!» dijo con entusiasmo el prelado cordobés.
Con unas sentidas palabras de reconocimiento a la actividad pastoral de estos cincuenta años, a las personas y grupos, a los párrocos y cofradías, y con la gratitud porque la Virgen de la Sierra se haya trasladado a la parroquia para celebrar estos días de inicio del año jubilar, el obispo fue desgranando en su homilía los aspectos más relevantes de la vida de la parroquia «del barrio de Gargallo, como conocéis a la Barriada de la Virgen de la Sierra, que cumple 50 años en medio de vuestras casas y como Casa de Dios y Puerta del Cielo» apostillaba el obispo en su homilía.
El obispo hizo también hincapié en el significado de abrir la puerta del jubileo «abrimos la puerta del corazón de Dios, que se simboliza en un templo abierto, lugar común de todos los creyentes, donde no se obliga a venir a nadie pero tampoco se excluye a nadie» y señaló que por la concesión del año jubilar «venir a la parroquia de San Francisco de Paula y San Rodrigo de Cabra, a este barrio nuevo de la ciudad, será este año como ir a Roma o Santiago a conseguir gracias abundantes, perdón y misericordia».
Reiteró la satisfacción por que la Virgen de la Sierra estuviera en la parroquia estos días «y le pido a Ella, a la que acudimos para todo, que interceda ante su Hijo para que con una esperanza renovada traiga prosperidad al barrio, a la ciudad de Cabra y nos otorgue gracias y dones espirituales».
El obispo de Córdoba señaló que conocía bien la ciudad y el barrio, en sus visitas pastorales y en otras muchas ocasiones que ha estado entre nosotros. Terminaba hablando de la Virgen de la Sierra y dijo: «Ella se siente tan contenta, vosotros lo sabéis muy bien, se mueve Ella y se mueve Cabra entera. Huele a la Virgen de la Sierra nada más entrar en la iglesia, con su olor a nardos. Mi saludo y felicitación por este año santo lleno de gracia para el barrio, para Cabra y para toda la diócesis».
Los actos continuarán toda esta semana hasta el próximo 30 de septiembre en que la Virgen volverá a la parroquia de la Asunción y Ángeles. El resto del año, al ser templo jubilar, se irán sucediendo actividades que servirán también para conmemorar el medio siglo de historia de la parroquia de San Francisco de Paula y San Rodrigo, en la barriada de la Virgen de la Sierra.
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FOTO: LOPC / ATV
