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El obispo de la diócesis, Mons. Demetrio Fernández, abbría las puertas del templo, inaugurando así el Año Jubilar de la Hermandad de la Expiración concedido por el Papa Francisco con motivo de la celebración del centenario de la reorganización de la misma y del XXV Aniversario de la Coronación Canónica de Nuestra Señora del Rosario.
Tras la lectura del decreto de concesión por parte de la Penitenciaría Apostólica, el Obispo ha entrado en procesión al templo jubilar de San Pablo para la celebración de la eucaristía, a la que han asistido numerosos fieles y miembros de la Hermandad penitencial del Santísimo Cristo de la Expiración, María Santísima del Silencio y Nuestra Señora del Rosario.
En su homilía el prelado ha agradecido al Papa Francisco la concesión de este Año Jubilar y ha animado a todos los fieles a lucrarse de las gracias de este Año de Gracia y de la indulgencia plenaria también para sus fieles difuntos. Asimismo, ha afirmado que este Año Jubilar debe marcar un momento importante en la vida personal de cada uno de nosotros.
Finalmente, ha agradecido a la Hermandad la generosidad en la obra social que lleva consigo este Año Jubilar y que consiste en una beca para el Seminario Menor y otra aportación en beneficio de los proyectos de la ONGD claretiana Proclade.
Ya en la mañana del domingo, el paso del Cristo de la Expiración se trasladó a la catedral-mezquita para participar en la eucaristía dominical presidida por el obispo, que también ha servido para abrir la campaña de Manos Unidas, volviendo al finalizar al templo claretiano.
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